CONVICCIÓN. Que si tiene un penal lo mete y esquiva a esos movedizos palos. Que si tiene una la emboca y no te perdona. Hasta este Adelantado Aurinegro ve con cierta tranquilidad los partidos sabiendo que en algún momento el gol va a llegar. El viernes pasado pintaba difícil. Independiente arrastraba varios partidos con una magra cosecha de puntos e iba a salir a atacar con toda su gente. Así fue. Los primeros 25 minutos del partido se sufrieron mucho. La defensa se vio descompensada por un Villanueva perdido y doblegado permanentemente. Le costó muchísimo acomodarse en la cancha a tal punto que luego de una mala salida, dejó mal parada la defensa y Champagne tuvo que cortar una jugada que terminaba en gol. Amarilla y penal. El partido se complicaba demasiado si nos encontrábamos perdiendo en Mendoza. Es aquí donde está la diferencia entre este Olimpo y los demás: la convicción. La Lepra desaprovechó la pena máxima y la redonda pegó en el palo. Minutos más tarde Diego Caballero cabeceó y la estampó contra el travesaño. Si a este Olimpo lo perdonás… Sobre el final del primer tiempo Soto Torres tuvo su oportunidad mano a mano con Taborda, la picó y apareció el otro travesaño (no sean mal pensados).
En el segundo tiempo Olimpo sacó la chapa y mostró el oficio del puntero. Se plantó más adelante y de la mano del Colo Gil comenzó a manejar los hilos del partido. La defensa estuvo más tranquila a pesar de haber perdido por lesión a Moiraghi en el primer tiempo. Parnisari se acomodó rápidamente y cumplió en cada intervención. Champagne miró el partido con total tranquilidad. Olimpo se adueño de la pelota y “planchó” el partido con la convicción de que en algún momento el gol iba a llegar, ya sea por una jugada colectiva o por una virtud individual. Soto Torres quiso pasar entre dos jugadores y le cometieron foul. Él mismo desvió la trayectoria de la pelota y se metió en el segundo palo de Taborda.
Lo que siguió fue la acumulación de delanteros y volantes leprosos cerca de Campagne y los defensores de Olimpo cómodamente rechazaron todo y se apostó al contrataque. La tuvo Benítez con un terrible bombazo que se fue al lado del poste. El partido se diluyó a gusto del aurinegro.
En síntesis Olimpo demuestra compromiso y convicción. Todos los jugadores, titulares y suplentes, cuando les toca el momento, mantienen un nivel de concentración propio de un equipo que tiene entre ceja y ceja el objetivo. Objetivo aún lejano pero no imposible. Nada es imposible para este equipo que día a día confirma con trabajo, humildad, compromiso y CONVICCIÓN, porqué es el puntero del campeonato. A no dormirse que esto es largo y todavía no se gano nada, ¡¡¡Vamos Aurinegro Carajo!!!
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO AURINEGRO
