POR EL ANCHO DE ESPADAS
Argentina continúa por la senda ganadora en las Eliminatorias y, por ahora, la carencia de una idea de equipo sólido se disimula gracias al enorme potencial conocido por todos llamado Lionel Messi.
Tan grande es la figura del 10 del Barcelona que hasta tapa las fallas defensivas, el desorden en la mitad del campo y la escasa gestación de juego en los metros finales.
Sigo sin comprender hasta aquí cuál es el mérito de Alejandro Sabella. Pachorra desembarcó en la Selección gracias a sus famoso Estudiantes que brilló por su solidez, firmeza y estructura defensiva (fiel a la escuela pincharrata).
Lo que sorprende es que justamente el sector que jamás brindó seguridad es la defensa. A veces más expuesta, a veces menos, la última línea suele mostrar graves desacoples y en reiteradas ocasiones necesita de la habitual lucidez de Sergio Romero.
El extraño mediocampo formado por un cinco natural (Mascherano), otro cinco tirado a la derecha que no es 8 (Gago) y un extremo izquierdo que le cuesta horrores retroceder (Di María) no colabora demasiado con la recuperación de la pelota y ni hablar de generación de juego, salvo destellos de Gago, no se perciben jugadas armadas ni asociadas.
Y en el ataque, lo mismo. Carencia total de ideas, solo embates de fenomenales individualidades (como Aguero, Higuaín o Messi) que generalmente abren los partidos y los definen, disimulando una falta de ideología clara que con equipos de mayor prestigio quizás se pague.
La Argentina sigue su camino hacia la clasificación para el Mundial y parece que no tendrá problemas (como es de esperar en un accesible grupo de competidores), ¿pero se preguntaron qué sería de la Selección sin Messi? ¿No seríamos un equipo más que podría ganar o perder con cualquiera?
Esa es la responsabilidad del entrenador, esperemos que logre consolidar una idea de juego que sobreviva a imprevistas ausencias, como la de su ancho de espadas.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO MENOTISTA
ADELANTADO MENOTISTA
