¡¡Que lo parió!! El fútbol es injusto, sentencia obvia, elocuente e innecesaria. El pirata mismo es el reflejo de la mencionada característica, ¡vaya si lo sabremos! Pero no estoy refiriéndome en estás palabras a que el celeste no mereció perder. Estoy aludiendo a la "mala pata" de Juan Carlos Olave. Desconcentración, infortunio, mal cálculo del pique, el sol que le molestaba en los ojos, o "que se io", la cuestión es que este grandísimo arquero (aún así, de los mejores del torneo) tuvo un sólo error, se convirtió en la jugada clave, y cambió el curso del partido. Sí, injusto es que al jugador más importante del plantel le pueda llegar a pesar los puntos perdidos en

Floresta. Igualmente, el golero del Belgrano es el actor principal de los 19 puntos que se cosechan hasta hoy, no sólo por sus intervenciones fantásticas como la de minutos antes de la cagada (el tiro libre de Pato Toranzo) sino por todo lo que aporta en el ordenamiento de la defensa y en la actitud del equipo.

Hasta ese entonces, el partido había sido lo chato que nos tiene acostumbrado, disputado, parejo, con sofocones en ambas áreas, pero por sobretodo, no había un dueño claro y no se visualizaba nítidamente un vencedor. Era empate clavado, como esos otros partidos que el pirata se llevó y no mereció. Cabe mencionar también, que el celeste no acciona para ganarlo, sino que "reacciona" para empatarlo, y eso en todos lados es falta de actitud, no del equipo sino del técnico. 

Ojo, venimos advirtiendo que la forma de jugar de los del ruso no varía, lo que cambia es el resultado. Así gane, pierda o empate, siempre se juega muy parecido, Belgrano se limita al pelotazo y a esperar un error (que contradictorio después de esta fecha, ¿no?). Lo lamentable, lo que molesta, o por lo menos al sector de los hinchas que piensa en tácticas y estrategias de juego, es la estrechez con la que se maneja a este conjunto de jugadores, rico en técnica y capacidad futbolística. A modo de analogía, Belgrano es como manejar un Ferrari en autopista a 60 km/h. El plantel pide y necesita vuelo; el presente del de Alberdi implora un cambio para dar el zarpazo y abrochar el primer título, negado en 107 años de historia, y nunca más conveniente que piratearlo en este campeonato despojado de candidatos firmes, plagado de irregularidad e inmerso en la mediocridad. 

Ilusionarse nunca fue sano, menos ahora que el requisito ineludible es jugar mínimamente o por lapsos de tiempo, al fútbol. El puntaje está ahí, el celeste no se baja del lote de arriba, pero en el juego, el lo propuesto, tiene menos de 1 de promedio "le pese a quien le pese". Siempre estuve convencido que podemos jugar a algo más, o por lo menos manifestar intensiones serias de buscar el resultado. Solucionar el desequilibrio y dar simetría al esquema, que hoy cuenta con Turus y Farré por el sector derecho y que naturalmente no sienten esa posición, sería un buen comienzo. Y apostar ¡mierda! A jugarse a con los hombres en sus puestos originales, y mermar con el invento. 

No se deja de ser menos hincha por criticar y quejarse de los planteos ni tampoco se es más hincha por aguantar ciegamente al equipo. Hay quienes observan los resultados y se apoyan en eso, y está bien. Están los que miran el proceso, el modo de juego, y como se logran las cosas y también está bien. No importa la filosofía, el estadio siempre está lleno cuando juega el pirata y hay gente de ambos "bandos".

En miras al futuro, estaría bueno que el señor Zielinski pierda el miedo a perder, que ya no tema en sacar a los pre-históricos del plantel, y tenga los huevos que el equipo tiene en cancha, para darle las alas que el pirata ya hace rato necesita.