El triunfo en Santa Fé infundió esa bendita duda entre el hincha granate. Como lo vengo diciendo desde hace una par de fechas atrás, este equipo tiene hambre, personalidad, actitud y por sobre todas las cosas sabe bien lo que desea. La mano del entrenador es visible, la recuperación de un jugador como Pizarro o Romero lo demuestra en cada partido. Por esto y mucho más nos preguntamos... ¿para qué estamos? 

El partido arrancó parejo, Lanús dominaba la pelota pero Rafaela era el que más se aproximaba al arco. Cabe mencionar que estamos teniendo un problema que se arrastra de los últimos dos o tres partidos, y es que el “polaco” Fritzler no está en el máximo de su potencial, lo que nos lleva a que la pelota no se recupere tan rápido, 

que suframos y que Paolo Goltz termine siendo la figura del equipo. Si bien Pizarro está jugando muy bien, nadie tiene la marca que supo demostrar el polaco. Otro de los problemas de por qué no tenemos más puntos, es el nueve. Más allá de que en estos últimos partidos Romero venga cumpliendo nuestras expectativas, en encuentros anteriores no era tan así, ya que los perdimos o empatamos por no poder definirlos. Otro punto son las expulsiones, un jugador de la edad de Velázquez no puede cometer la idiotez de hacerse expulsar a los 30 minutos de juego. La mayoría de los hinchas piden su salida y encima el tipo hace cosas como estas. Balbi sigue entrando y cumpliendo cuando le toca, me pregunto o les pregunto, ¿no le llegó la hora ya? 

Volviendo un poco al partido, Lanús acusó el golpe de la expulsión y le tiró la chapa al local. Empezó a ser punzante y a tocar la pelota de un lado a otro buscando el momento justo para el pase a Romero. El gol llegó otra vez desde una pelota parada, que últimamente, o mejor dicho, desde la llegada de Ayala (uno de los mejores pateadores), se está convirtiendo en un gran recurso para el equipo. Los nervios del resultado le jugaron en contra al local que terminó cometiendo estupideces como la de Velázquez. Ya en igualdad de condiciones, el partido fue de Lanus que llegó al segundo gol por un derroche de optimismo del “Pipi” Araujo, que hizo su primer gol para el Grana por torneos locales. El descuento de ellos fue anecdótico, sólo sirvió para decorar el resultado. 

El triunfo dejó la sensación que se puede dar pelea hasta el final, quedan ocho finales y nos encontramos a seis puntos. Tenemos material, sólo falta encontrar la regularidad que de a poco va apareciendo. Se viene Argentinos en casa y estamos obligados a ganar si en verdad queremos pelear. Por nuestra parte el domingo tenemos que apoyar y reventar la fortaleza, que del juego y del rival se encargan Guillermo y sus muchachos.