CUMPLEAÑOS EN EL INFIERNO
Este jueves Huracán cumple 104 años de vida. Cumple el globo y también su gente y sus barrios. Lamentablemente es como pasar el cumpleaños en el hospital, no hay nada que podamos festejar con el presente que tenemos. Es muy triste y dolorosa la realidad que nos toca vivir.
Nunca se hubieran imaginado aquellos muchachos soñadores que fundaron el club que iban a hacer un equipo tan grande de nuestro futbol, una institución que represente tanto para miles de personas. Lo mismo para los que hicieron de este club un equipo gigante, seguro que nunca se imaginaron que el globo iba a atravesar un momento como el actual, como tampoco lo soñamos sus hinchas, ni en las peores pesadillas.
En estos tantísimos años de historia, Huracán, obrero y suburbano, se ha plantado con finura frente a todos los cajetillas, de renombre y mucho filo, y ha defendido con hombría y dignidad su idiosincrasia tanguera, guapa y atorrate.
Al globo no le regalaron nada los milicos, ni Perón, ni el mufa de los 90, nos hicimos del espíritu de Jorge Newbery, de la hombría de Masantonio, la magia del Hueso, la guapeza de Ringo, de los señores como Carrascosa o Ángel Cappa, de la ideología del Flaco, la poesía de Ferrer, la familia, el tango, la fabrica y el adoquín.
Pero no hay lista que yo haga que pueda reflejar la grandeza de la gente de Huracán que día tras día, en cada partido, en cada conversa, en la vida cotidiana revalida el amor a los colores, a pesar de los descensos, de habernos fumado a cada hijo de mil putas vistiendo nuestra casaca o dirigiendo el club, haciéndose llamar “Sr. Presidente”, a pesar de que nos han robado tantas cosas, en tantos años.
Los quemeros estamos ahí, soportando que Barrientos no le de una puta pelota a un compañero, que Domínguez se haga un gol por partido, que Vega no haga un gol ni por putas, que Busse todavía este drogado por las viudas negras, que el técnico arme cada día peor la defensa y el medio campo, que no le de una idea, una identidad al equipo, que estamos últimos y en zona de descenso a la B metropolitana.
Huracán llega a su cumpleaños pasando el peor momento de su historia, con un pasivo de 95 millones de pesos, un equipo sin alma, la gente re podrida y los dirigentes sin respuesta.
No obstante el presente incendiado del club, el herido pueblo quemero va a hacer que el globito resurja de sus cenizas para volver ser la institución que todos queremos, el primer paso será el próximo sábado, 11hs, cuando volvamos a dejar el corazón en el Palacio para decirle a Huracán que lo amamos en las buenas (que son muy pocas) y en las malas mucho más.
No será este un feliz cumpleaños, pero nunca vas a estar a estar solo son millares de gargantas las nombran: ¡Huracán!
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO QUEMERO