El punto sirve aunque la sensación que me quedó es que podríamos haber ganado por primera vez en el Libertadores de América, en esa linda obra en construcción. Sobre todo en el primer tiempo, con el tiro de Caute que reventó el travesaño, cuando estábamos 1-0. Era para rematarlo y no se pudo. Pero creo que Independiente debe estar más preocupado por no sumar tres puntos de local contra un rival directo en la permanencia, y porque pensando en que debe hacer una gran cosecha de puntos, no tiene nada…
Arrancó sorpresiva la tarde en Avellaneda. QAC no había hecho fútbol en toda la semana previa y era una incógnita qué equipo pararía Omar De Felippe. Y vaya si sorprendió. Afuera Leandro Díaz y Facundo Diz, cambio de esquema para pasar del 4-3-1-2 al 4-4-1-1, con (el debut del pibe) Pablo Mattos y Chirola Romero como volantes centrales, y el ingreso de Jacobo Mansilla por izquierda. Pablo Garnier otra vez por derecha, Caneo de enganche, y Martín Cauteruccio sólo arriba. Y no se vio para nada un Quilmes mezquino con ese planteo.
Los primeros 45 minutos fueron todos del Cervecero, con un Chino siempre mágico, manejando la tenencia, la pausa y el pase al gol. A los 35’, en una rápida salida de contra ataque, el 10 dejó pagando a Julián Velázquez con un delicioso caño, le metió una asistencia perfecta a Jacobo Mansilla para que el ex Defensores de Belgrano la empuje a la red. Quilmes ganaba, era superior y hasta desaprovechaba situaciones para aumentar la diferencia.
En el Segundo tiempo, un bombazo de Pablo Lima, de un tiro libre, casi termina en gol si no fuera por la buena respuesta del arquero de independiente. El Rojo despertó y salió a copar la parada con el habilidoso Fredes como abanderado, pero era más voluntad que ideas. Y así y todo llegó el empate. A los 6´, en un claro offside no cobrado por Delfino, Farías empató.
La entrega del equipo fue inobjetable. Se mejoró en el juego pero aún falta mucho para volver a ser el equipo de las primeras tres fechas. La actitud será fundamental. La confianza está intacta. Linda era la oportunidad para volver a los tres puntos frente a la amargura del sur.
Acierto del DT, De Felippe, que ante la lesión de Juan Cobo, confió en el jugador de las divisiones inferiores, Pablo Mattos, que la rompió en su debut: demostró quite y habilitación.
Ahora se viene Lanús en el Centenario y mientras escribo estas líneas veo por TV que está jugando en su cancha y a puertas cerradas... ¿ah no? Bueno, confirmo una vez más que son pocos hasta jugando de local. Será entonces una linda oportunidad para gritarles que “el más grande del sur sigue siendo papá”♪
PD: ¡Qué daño le han hecho a la cancha de Independiente! Recuerdo lo bien que se veía desde su antigua tribuna visitante. Hoy imposible decir lo mismo.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO CERVECERO
