No fue la mejor tarde futbolística del Cervecero, la ausencia de Miguel Caneo (no jugó para no agravar una molestia en rodilla derecha) evidenció la falta de creación y juego. Chirola Romero, quien debía tomar la posta ante su ausencia, estuvo lejos de ser el encargado de generar opciones de gol. Da la sensación que Quilmes es un equipo Caneodependiente, que tiene voluntad y sacrificio con destellos individuales (con Pablo Garnier a la cabeza), pero que carece de ideas y volumen. Algo que sí le da, y con creces, el Chino con su tenencia. Por eso se valora más aún este triunfo: sin el mejor, sin Caneo, se consiguieron los tres puntos. 

El primer tiempo fue bastante parejo y se fueron al descanso con un resultado justo, 1 a 1. En el segundo, Garnier estuvo intratable por izquierda en la mitad de cancha. Leandro Díaz comenzó a ser una opción de salida clara, y de contra, con Martín Cauteruccio como abanderado en la ofensiva, QAC llegó varias veces con chances de gol. Y de una de esas jugadas, llegó el córner que terminó convirtiendo Joel Carli, central siempre seguro en la marca, hoy con presencia goleadora en área rival. 

Aunque esta vez no mojó, Caute también tuvo un muy buen nivel. Para los defensores de Unión, el uruguayo fue Usain Bolt: no lo podían agarrar ni alcanzar, siempre le terminaban mirando la espalda. El 7 de Quilmes -goleador del torneo-, está en su mejor momento y con tanta confianza que sobre el final intentó una jugada maradoniana que Limia despejó con lo justo. 

No me voy a cansar en remarcar fecha tras fecha la imperiosa necesidad de cosechar 50 puntos a lo largo de la temporada. Se consiguió un muy buen triunfo; de local hay que hacerse fuerte. Esta punta transitoria no debe marear a nadie. Somos el Decano del Fútbol Argentino, con 125 años de historia, pero que, lamentablemente, nunca gozamos de la tranquilidad de estar al menos cinco seguidos en la máxima categoría. Ese debe ser el objetivo: PERMANECER.