¡Que bronca! El primer análisis en caliente tras el empate 1 a 1 frente a All Boys, no deja otra cosa que mucha bronca. Porque se escapó el triunfo a dos minutos del final. Un triunfo que nos dejaba con seis puntos, en dos partidos. Una Belleza. Pero no pudo ser, no se pudo aguantar. Con sabor a derrota, fue empate al fin.
Ahora bien, pasadas varias horas del final, el análisis es otro: A Quilmes le empataron un partido que venía ganando y aguantando, pero que, tranquilamente, pudo haber perdido.
Así, tan vertiginosa como entretenida, fue la lluviosa tarde en Floresta. El Cervecero venía entonadísimo después de mostrar una muy buena imagen frente a Boca. Pero esta vez, por la terrible lluvia caída horas antes, no se pudo demostrar casi nada. En una cancha chica y encima inundada, se hizo imposible jugar. El campo era una pileta olímpica donde todos metían a lo guapo y en los charcos, y los pases quedaban siempre boyando en el agua.
El partido no resiste mucho análisis. En lo individual vale destacar la presencia goleadora, una vez más, del yorugua Martín Cauteruccio, cada vez más picante en área ajena. La seguridad de Emanuel Trípodi, que si no se perdió, fue gracias a él. Y la dupla de centrales Olivera y Carli, de buen partido, reventaron por aire y tierra (o agua) todo intento visitante por llegar al gol. Salvo en esa última jugada, claro...
En definitiva, en Floresta se cortó una serie de 4 triunfos consecutivos, contando los últimos del Nacional B. Pero lo más importante es que Quilmes no pierde hace 10 partidos, con 7 victorias y 3 empates. Ahora bien, lo valioso de esta igualdad de visitante, va a cotizar mucho si el lunes, en el Centenario, se le gana a Unión, rival directo en la permanencia.
Algo quedó claro el sábado, este Quilmes tiene actitud, y si puede, te emboca.
Objetivo 50 puntos, faltan 46.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO CERVECERO