Es cierto que Boca, que tenía una remota esperanza de ser campeón, puso en la cancha lo que le quedaba, pero All Boys estaba en la misma situación, ya que 6 jugadores de los habituales titulares no estaban y otros tuvieron que ocupar puestos en los que no juegan. Así el equipo de Pep(e) Romero se las arregló para arrollar al xeneize con momentos de muy buen fútbol, desbordando, tocando, haciendo rotar la redonda, siendo profundo y con un mediocampista, Emmanuel Perea, que se disfrazó de goleador y anotó las 3 conquistas del local.
El objetivo de la permanencia ya estaba resuelto, la esperanza por el título había quedado en manos de Laverni, así que All Boys planteó éste partido para disfrutarlo y eso fue lo que pasó. El equipo estuvo firme, tranquilo y de esa manera fue construyendo unos de los triunfos más importantes en la historia del Albo.
Poco importaba lo que pasaba en el Bajo Flores, o en Mendoza, o en Santa Fe, o en Banfield, o en Tigre o Sarandí, la fiesta que vivió el pueblo de All Boys, el pueblo de Floresta, el barrio entero, era inexplicable. Fue agradecimiento, fue un saludo, un abrazo, una despedida para algunos jugadores, pero fue una gran fiesta por sobre todas las cosas, una de esas fiestas inolvidables, pero que sabemos, volveremos a vivir pronto, cuando el cuero vuelva a rodar.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO ALBO
