CHELSEA 1 (4) BAYERN MUNICH 1 (3)
Todo tipo de personajes se hicieron presentes en el Alianz Arena de Munich para ver la final de la Champions League. Por el lado de los locales, glorias como Franz Beckembauer, Rudi Voeller ocuparon una platea, y hasta Samuel Koffour (el africano autor del gol a Boca en la Intercontinental 01) lo observó desde uno de los cómodos calabozos que tiene el moderno estadio alemán para sus esclavos. Por el lado del Chelsea, como no podía ser de otra manera, estuvieron José Mourinho (ex DT y ex travagante); Roman Abramovich
(tío del ex Boca y dueño del club); y la gran figura del partido, nos referimos a Harry “lo pongo sobre la de cal” Hammer, chofer del micro que se estacionara en el arco de su equipo en los partidos semifinales contra el Barcelona.
Todo tipo de personajes se hicieron presentes en el Alianz Arena de Munich para ver la final de la Champions League. Por el lado de los locales, glorias como Franz Beckembauer, Rudi Voeller ocuparon una platea, y hasta Samuel Koffour (el africano autor del gol a Boca en la Intercontinental 01) lo observó desde uno de los cómodos calabozos que tiene el moderno estadio alemán para sus esclavos. Por el lado del Chelsea, como no podía ser de otra manera, estuvieron José Mourinho (ex DT y ex travagante); Roman Abramovich
(tío del ex Boca y dueño del club); y la gran figura del partido, nos referimos a Harry “lo pongo sobre la de cal” Hammer, chofer del micro que se estacionara en el arco de su equipo en los partidos semifinales contra el Barcelona.
Lo que este buen hombre no sabía era que ocho efectivos de seguridad lo seguían de cerca. No querían que, bajo ningún punto de vista, se meta en el campo con su micro. Pero cuando terminó el primer tiempo, mientras los agentes se entretenían con otra ronda de cervezas, Harry se escapó y fue en busca de su vehículo. Al verlo ingresar al campo de juego, los ingleses estallaron en júbilo. “Harry, letal, ponelo en la de cal”, vitoreaban desde la tribuna. El héroe encaró el área, se perfiló, tiró un par de rebajes, una rápida marcha atrás y en dos maniobras lo puso ahí, justito en la línea de meta, como hace unos días en el Camp Nou. No pasó una en el ST. El bueno de Cech le dijo: “Dejame el segundo palo a mí, quiero un poco de protagonismo”. La primera que le dejó al arquero, la fue a buscar adentro. Después la metió Drogba y el partido terminó en empate.
Llegó el alargue y el bus estaba más firme que nunca. Las balas picaban cerca pero, obviamente, el bondi no dejaba pasar una. Hasta hubo un penal, pero el espacio que dejaba el micro era escaso. Robben, como no podía ser de otra manera, lo pateó resignado y lo erró. “Holandés pecho frío, si perdemos esta final te voy a hacer una cirugía con un tenedor y te va a quedar la cara como la mía”, le dijo Ribery cuando terminó el alargue. La lotería de los penales, aunque sin la voz de Riverito, determinó que el Chelsea, el equipo que mejor entendió como se juegan estas copas, salga campeón de Europa por primera vez en la historia.
Luego de la consagración, los jugadores recorrieron el campo de juego, y se los vio sorprendidos por el tamaño de la cancha. Allí descubrieron que existía algo más allá de su propia área, encontraron un círculo central y hasta otra área grande, chica, arco e, incluso, otro arquero. El simpático Harry Hammer se fue en su micro rápidamente, con la satisfacción de la labor cumplida. Se dice que ya se está preparando para la Euro 2012, donde buscará repetir el milagro conseguido con Grecia en 2004. Esta vez, participando para Italia, donde su micro calza como anillo al dedo.
ADELANTADO INTERNACIONAL