Partido feo que terminó transformándose en
cisne. Algo así fue el encuentro del domingo. ¿Partido feo? Si feo, casi 70
minutos sin poder convertir frente al peor equipo del torneo. Tras cartón, en
su partido número 100, Matías Donnet había reventado el travesaño de penal
(necesitamos un psicólogo deportivo para ver qué carajo pasa con los penales y
el TATE, ya es algo preocupante). Así de torcido se presentaba el partido, con
un Olimpo cerradísimo en su arco, para el que un punto valía un campeonato.
Pero como decíamos la semana pasada, el
TATE estaba herido, y en casa no se jode. Había que ganar para enterrar la
imagen
pálida del partido contra "todos los chicos". Había que despejar las dudas y taparle la boca a tanto amargo tirando pálidas. Había que tener paciencia, había que jugar como equipo. Si hay una virtud de este UNIÓN es que cada uno de los jugadores sabe exactamente qué hacer dentro del esquema del técnico, y cada jugador deja todo en la cancha para el bien del equipo. Como se planteo el partido no había dudas de que el gol estaba al caer, y aprovechado una de las armas que más eficacia tuvo este año, de cabeza llegó el primero, milimétricamente habilitado.
Ya con el marcador favorable, el equipo se
tranquilizó y con inteligencia salió a liquidar el partido. La inclusión de Barrales para mantener arriba la pelota (excelente trabajo) y el buen juego
dieron resultado y el premio para Donnet en su partido número 100, el gol para
cerrar el partido y para desatar la alegría sin dudas en el pueblo rojiblanco; para terminar una excelente tarde.
Ahora vamos por más. Sigamos por la buena
senda. La hinchada siempre está, quedó demostrado.
PD: ¿Feliz día del trabajador?
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO TATENGUE
