En el primer tiempo se vio lo que se esperaba, Instituto controlando y Atlanta defendiendo con una firme línea de 9, con Soriano a la espera del contragolpe; allí Instituto, sintiendo la obligación, con pelotas paradas y con pocos momentos de buen toque alcanzó a probar al arquero
visitante para demostrar que ganar era el objetivo. Seguramente si el gol llegaba en esos momentos nadie se sorprendía y el partido tomaba mejor curso, pero eso al fin no pasó. 

El segundo tiempo no fue nada de lo que uno como hincha deseaba o esperaba, Atlanta se paró un poco más adelante, propuso un poco más y el problema pasó a ser que simplemente Instituto no tuvo ideas, llámese cansancio por el calor, presión, hora del almuerzo o lo que sea, no se le cayó una mísera idea para atacar, los jugadores se olvidaron cómo desmarcarse, como dar pases, cómo desbordar o incluso dónde pararse (párrafo aparte para Fileppi que no sólo no ayudaba sino que por momentos estorbaba), los cambios tampoco ayudaron, Instituto se anuló a sí mismo y motivó a la visita en pensar en ganarlo (y casi lo logra), por suerte, justo en el momento del pelotazo de Barsottini, los planetas se alinearon y los delanteros de la Glo pudieron armar una jugada en el lugar menos pensado de la cancha, entrando por el medio de la defensa y quedando Encina mano a mano con el arquero para gritar ese gol que nos dejará punteros más allá de lo que nos depare el destino en la próxima fecha. 

Partido clave el que se ganó y partidos durísimos los que se vienen, 2 encuentros seguidos de visitante, que después de la fecha 31 nos dirán bien qué equipo tenemos y qué tan cerca o no se está del objetivo. 

PD: Me gusta mucho la forma de jugar que propone Franco, pero NUNCA entiendo los cambios que hace. ¡Cómo me hace sufrir este tipo!