Pelotazos, pases al árbitro, regalo de pelotas a la popular, un curso intensivo de YPF y fernet. Todo esto recibió el público esta tarde en Córdoba; gente que todavía está sentada, mirando el reloj, esperando que BEL-BOC empiece. En instantes nada más se les estaría comunicando por los parlantes que los 90 minutos jugados no fueron ningún tipo de simulacro de desastre natural y que deberán esperar a la próxima fecha a ver si asoma algo más interesante.
A su vez, Erviti seguiría a un costado de la cancha, de brazos cruzados esperando a sus compañeros para festejar el gol del empate.
Por lo menos así lo siento yo.
SB