Parece ya muy lejos la victoria de la semana pasada en La Plata, ganando, gustando y goleando.
De local, contra Argentinos y con el mejor equipo disponible en cancha, la cosa pintaba para trámite. Pero este Boca versión 2012 es una caja de sorpresas. A primera vista parece un equipo que goza de buena salud, pero en solo un par de minutos lo pica un bicho y ya sufre una recaída.
La explicación para entender el desarrollo del partido
estuvo en el bajo rendimiento de Román, Erviti y Ledesma, lo que impidió cualquier posibilidad de creación de juego. Y cuando no te salen dos pases seguidos, el manual de Julio César recomienda la aplicación de la vieja y querida pelotita parada. No es lo más aconsejable, pero es un recurso válido. Y más si Argentinos viene flojo de arriba y vos tenés a Riquelme para poner la bocha en la cabeza correcta. La receta del Emperador indica un mínimo de tres pelotas por partido, a partir de la segunda dosis empezará a hacer efecto el tratamiento. Primero fue Roncaglia, palo y afuera; después Silva, rebote y gol; y por último Cvitanich para la victoria. Santo remedio diría mi abuela.
Más allá de los problemas que tuvimos para generar juego, lo que a este escriba le llamó la atención es la poca actitud del equipo, se notaba cierta desconcentración general. Conté más risas que indicaciones entre los players. Claro, si enfrente está el flojito Argentinos dirigido por tus propios hijos (Leo y Hernán), lo ganás con la camiseta; pero que estos tres puntos no nos confundan, las desconcentraciones nos costaron carísimo con Independiente y Lanús.
Espero que estas lineas sirvan como un llamado de atención, es mi deber bostero prevenir, espero que las próximas ediciones de este boletín no me encuentren usando estos términos. Ojalá se trate de un mal partido, puede pasar. Ojo, hay un atenuante que debemos tener en cuenta, nos tocó jugar el sábado, algo que no manejamos tan bien como la gente de Nuñez…
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO XENEIZE
De local, contra Argentinos y con el mejor equipo disponible en cancha, la cosa pintaba para trámite. Pero este Boca versión 2012 es una caja de sorpresas. A primera vista parece un equipo que goza de buena salud, pero en solo un par de minutos lo pica un bicho y ya sufre una recaída.
La explicación para entender el desarrollo del partido
estuvo en el bajo rendimiento de Román, Erviti y Ledesma, lo que impidió cualquier posibilidad de creación de juego. Y cuando no te salen dos pases seguidos, el manual de Julio César recomienda la aplicación de la vieja y querida pelotita parada. No es lo más aconsejable, pero es un recurso válido. Y más si Argentinos viene flojo de arriba y vos tenés a Riquelme para poner la bocha en la cabeza correcta. La receta del Emperador indica un mínimo de tres pelotas por partido, a partir de la segunda dosis empezará a hacer efecto el tratamiento. Primero fue Roncaglia, palo y afuera; después Silva, rebote y gol; y por último Cvitanich para la victoria. Santo remedio diría mi abuela.
Más allá de los problemas que tuvimos para generar juego, lo que a este escriba le llamó la atención es la poca actitud del equipo, se notaba cierta desconcentración general. Conté más risas que indicaciones entre los players. Claro, si enfrente está el flojito Argentinos dirigido por tus propios hijos (Leo y Hernán), lo ganás con la camiseta; pero que estos tres puntos no nos confundan, las desconcentraciones nos costaron carísimo con Independiente y Lanús.
Espero que estas lineas sirvan como un llamado de atención, es mi deber bostero prevenir, espero que las próximas ediciones de este boletín no me encuentren usando estos términos. Ojalá se trate de un mal partido, puede pasar. Ojo, hay un atenuante que debemos tener en cuenta, nos tocó jugar el sábado, algo que no manejamos tan bien como la gente de Nuñez…
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO XENEIZE