¿Quién contaba con la astucia de este Bichito colorado? Tigre venía de perder el invicto y, en su casa de Victoria, buscaba un triunfo que volviera a situarlo en lo más alto de la tabla. Pero lo más importante en su lucha, seguir sumando para escaparle al descenso directo y descontarle puntos a su más directo rival, San Lorenzo.
Pero no contaron con ese ex Cuervo que brilló y picoteó dentro de la cancha. Fabián Bordagaray ya había avisado en la previa que disfrutaría el doble si la metía y podía ayudar un poquito a su ex club. En realidad lo festejó al cuadrado, porque no conforme con uno le gritó dos veces a un Tigre por momentos desconocido.
Pero no contaron con ese ex Cuervo que brilló y picoteó dentro de la cancha. Fabián Bordagaray ya había avisado en la previa que disfrutaría el doble si la metía y podía ayudar un poquito a su ex club. En realidad lo festejó al cuadrado, porque no conforme con uno le gritó dos veces a un Tigre por momentos desconocido.
El local se acordó tarde. Ni siquiera el descuento del sacrificado Chino Luna sirvió para torcer la historia. Justo triunfo del astuto Bicho, que picó cuando debía y luego aguantó. Justo en especial por el Cuervo Bordagaray que le dio una linda manito a su ex club. Le dio la chance, pero San Lorenzo, que no suele ayudarse, tampoco le sacó rédito a la derrota del Matador.
¿Perdió el rumbo? ¿Se borró la huella del camino? Tigre, esta vez, eligió el sendero equivocado. No pudo potenciar a sus organizadores, a sus creativos, a los que piensan. No dejó demasiado. Apenas algunos tenues parpadeos de toques sin peso. Y la convicción de ir a buscar durante todo el partido. El equipo quedó en deuda.
La verdad que la derrota duele. Por lo inesperada. Porque son otros tres puntos que se esfuman. Porque Tigre sumó apenas una unidad de las últimas nueve que disputó en el torneo. Era -una vez más- el fin de semana ideal para ganar. Es que solamente con el corazón no alcanza, muchachos. ¿Y ahora? Urge una reacción
Tigre está en el horno con papas, los refuerzos no refuerzan. Y si esto no cambia ya, quedarse en la A será imposible. Como diría el Tano Pasman, ¡¡¡Isabeellll!!!
Si Tigre no se salva solito, habrá que rezar para que los que están peleando por permanecer en la categoría le den una mano con sus caídas. Genera tristeza pero es la realidad. ¿O ya empezamos a sufrir el síndrome del Tano Pasman? ¡¡¡Isabeeelll!!!
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO MATADOR