ENDEREZANDO LA NAVE
Ni hace un mes cuando rompíamos todos los records éramos el rompehielos Irizar, ni hace una semana tras dos derrotas seguidas nos hundíamos como el crucero Costa Concordia.
Los extremos no son buenos, lo importante es encontrar el equilibrio como hacía el Virrey. Y si analizamos cómo viene esta campaña, hay que decir que el equipo compacto, casi como un relojito, que teníamos el año pasado sufrió un cierto desajuste en el comienzo de esta temporada. Lo raro es que se mantuvo el plantel, se sumaron un par de figuras y se hizo una buena pretemporada. Pero esto no es matemática, esto es fútbol. En estas cuestiones no
siempre 1 + 1 es igual a 2. Las lesiones, algunos bajos rendimientos, un poco de mala fortuna y de golpe dos derrotas, catástrofe, perdemos la punta del campeonato, se complica la clasifiación a la copa y... ¡parece que se hunde el barco!
siempre 1 + 1 es igual a 2. Las lesiones, algunos bajos rendimientos, un poco de mala fortuna y de golpe dos derrotas, catástrofe, perdemos la punta del campeonato, se complica la clasifiación a la copa y... ¡parece que se hunde el barco!
A Orión le convirtieron solo 6 veces el torneo pasado y en tan solo una semana le hicieron goles de todos los colores. Lo mismo Schavi, que cortaba cada pelota que le pasaba cerca, hasta en las propagandas, y el otro día el mediopelo de Farías lo dejó pagando. Rivero y Erviti eran el complemento ideal para unir ese rombo casi perfecto que tiene a Somoza y a Román en las puntas, pero en este arranque parecían más un "descomplemento". Y arriba trajimos a un toro, al supuesto 9 que necesitaba Boca, ya con la cara asusta, pero por el momento tiene menos gol que Mouche.
¡Tranquilidad!. La realidad es que Orión va a volver a descolgar los centros y tapar las pocas que le lleguen al arco. La defensa será nuevamente esa muralla apadrinada por el gran flaco Schiavi. El medio se acoplará de la mejor manera, Rivero serán el tractor del año pasado, y sino sabemos que en sus espaldas está Ledesma para seguir dándole prestigio a la casaca número 8 del xeneize; y Erviti será el que colabore con todos, desde Clemente hasta Román, y sino habrá que darle más pista a ese exquisito proyecto llamado Sánchez Miño. Del 10 no hay mucho para decir, solo ver como nos sigue sorprendiendo con la pelotita y también físicamente, viendo como se banca tres partidos en una semana. Y arriba esperar que el tanque ese que debe estar lleno de goles se destape de una buena vez por todas.
En fin, después de la tormenta, salió el sol. Gran victoria en la Copa de visita ante Arsenal y tres puntitos recién importandos desde San Juan para volver a estar ahí, acariciando la punta del torneo local. Así estamos, enderezando la nave, porque somos Boca y no hay posibilidades de aflojar. Vamos a pelear a muerte por otro campeonato, por eso que les quede claro a todos: ¡de este barco no se baja nadie!.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO XENEIZE
