TIGRE DA PELEA EN LAS DOS TABLAS
Agarre una tijerita. Recorte la tabla de posiciones. Y con una sonrisa pícara que se quiere escapar desde la comisura de los labios, póngala en la heladera: ¡Tigre está primero en el Clausura! ¡Vaaamossss que se puede! Ojo San Lorenzo. Tigre arrancó el semestre anterior a 17 puntos de distancia en la tabla de promedios y ahora está a sólo 3 y con trece fechas por delante. En la temporada pasada, el Matador vio como equipos con historia como River, Huracán y Gimnasia se iban a la B. Tal vez a mediados de este año seamos testigos de otro descenso histórico.
El sábado en Victoria jugaron Tigre y Estudiantes en uno de los partidos destacados de la fecha. El local se vio sorprendido por su rival que golpeó a los 17 minutos con un cabezazo de Boselli. Pero, los de Arruabarrena lejos de sentir el golpe salió a la caza de los platenses. Y cuando corrían 27 minutos Cellay le cometió penal a Diego Morales y el propio Cachete lo transformó en gol para alegría de todos. Los dos equipos jugaron un primer tiempo brillante, repleto de situaciones y vértigo, pero luego bajaron sus revoluciones y terminaron firmando un empate valioso para ambos. El Matador sigue como único líder.
Ni la billetera de Boca. Ni el plantel de Racing. Ni la comodidad de los que no piensan en la tabla de promedios. Un Tigre humilde, laborioso, casi en silencio, le va a dar un susto a más de uno. Sí, un susto grande. Porque el Matador suma y los equipos como Rafaela y Unión pierden puntos. Tigre salió por primera vez en el campeonato del incómodo renglón del descenso directo para quedar en zona de promoción. Tigre no es el Cuco. Ni el Viejo de la bolsa. Pero todos lo miran de reojo, con cierta desconfianza. ¿La razón? Se ganó ese respeto con juego. Goza de buen pie y de hombría. Grita con Luna. Toca con Román. Y con Cachete. Llega hasta el fondo con Gastón Díaz. Y con el Pato Mete con los tres soldados del fondo de Arruabarrena. Suma y sigue. Suma y juega. Suma y suma.
El dramaturgo francés Víctor Hugo decía que a un pueblo no se le convence sino de aquello de lo que quiere convencerse. Trasladada esta reflexión al fútbol, bien puede ponerse a Tigre como un buen ejemplo de ello: si el Vasco va logrando persuadir a los jugadores de lo que busca, es porque los futbolistas comulgan con su idea y están decididos a asimilarla. Hay que librar batallas hasta el final del campeonato pero sólo los fuertes salen a flote. Ahora se viene Arsenal, un duro escollo pero este plantel quiere dar otra muestra de actitud y seguir en lo más alto del campeonato.
Los Matadores de Victoria cuentan con un técnico comedido. Su serenidad es un punto clave en la búsqueda en la que se zambulló el equipo. Es el momento, Matador: llegó la hora de darle un susto histórico a más de uno. En Tigre sobra convicción, hombría y amor por la camiseta. Dale, Tigre, dejate convencer. ¿Viste que vale la pena?
El sábado en Victoria jugaron Tigre y Estudiantes en uno de los partidos destacados de la fecha. El local se vio sorprendido por su rival que golpeó a los 17 minutos con un cabezazo de Boselli. Pero, los de Arruabarrena lejos de sentir el golpe salió a la caza de los platenses. Y cuando corrían 27 minutos Cellay le cometió penal a Diego Morales y el propio Cachete lo transformó en gol para alegría de todos. Los dos equipos jugaron un primer tiempo brillante, repleto de situaciones y vértigo, pero luego bajaron sus revoluciones y terminaron firmando un empate valioso para ambos. El Matador sigue como único líder.
Ni la billetera de Boca. Ni el plantel de Racing. Ni la comodidad de los que no piensan en la tabla de promedios. Un Tigre humilde, laborioso, casi en silencio, le va a dar un susto a más de uno. Sí, un susto grande. Porque el Matador suma y los equipos como Rafaela y Unión pierden puntos. Tigre salió por primera vez en el campeonato del incómodo renglón del descenso directo para quedar en zona de promoción. Tigre no es el Cuco. Ni el Viejo de la bolsa. Pero todos lo miran de reojo, con cierta desconfianza. ¿La razón? Se ganó ese respeto con juego. Goza de buen pie y de hombría. Grita con Luna. Toca con Román. Y con Cachete. Llega hasta el fondo con Gastón Díaz. Y con el Pato Mete con los tres soldados del fondo de Arruabarrena. Suma y sigue. Suma y juega. Suma y suma.
El dramaturgo francés Víctor Hugo decía que a un pueblo no se le convence sino de aquello de lo que quiere convencerse. Trasladada esta reflexión al fútbol, bien puede ponerse a Tigre como un buen ejemplo de ello: si el Vasco va logrando persuadir a los jugadores de lo que busca, es porque los futbolistas comulgan con su idea y están decididos a asimilarla. Hay que librar batallas hasta el final del campeonato pero sólo los fuertes salen a flote. Ahora se viene Arsenal, un duro escollo pero este plantel quiere dar otra muestra de actitud y seguir en lo más alto del campeonato.
Los Matadores de Victoria cuentan con un técnico comedido. Su serenidad es un punto clave en la búsqueda en la que se zambulló el equipo. Es el momento, Matador: llegó la hora de darle un susto histórico a más de uno. En Tigre sobra convicción, hombría y amor por la camiseta. Dale, Tigre, dejate convencer. ¿Viste que vale la pena?
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO MATADOR
