Pasó con Lanús, con Estudiantes, con Argentinos y esta fecha con Belgrano. Parece que el Ciclón tarda un tiempo en empezar a jugar. A veces alcanza para ganar (vs. Argentinos), a veces para empatar (vs. Estudiantes) y a veces no alcanza un cuerno (vs. Lanús). Pero el sábado pasado teníamos un partido chivo en Córdoba. Y nos fuimos el primer tiempo abajo, jugando muy pobre y contra un equipo que desde que subió viene bien y firme.
Sumemos la novela Madelón- Caruso, la lesión de Botti y los expulsados contra Boca, y podemos hablar de cuasi-milagro la victoria. Pero la realidad es que San Lorenzo jugó un muy buen segundo tiempo y dio vuelta el resultado. Más allá de los tres puntos de oro, se rescata como muy positivo la actuación del Pipi y el control de pelota que se vio en algunos momentos. ¡Lástima que cuesta mucho definir los partidos! ¿¿Cuántas contras van a desperdiciar Salgueiro y Cía??
Pero bueno, se ganó y punto. No nos vamos a poner en exigentes a esta altura. Pensemos que muchos nos hacían en descenso directo esta fecha y no fue gracias a Tigre que no estamos…
En el sube y baja que este San Lorenzo, esto sirve para encarar los próximos partidos con tranquilidad. Aunque nunca se sabe que puede pasar con estos dirigentes impresentables que tenemos.
Probablemente los 110.000 hinchas que fuimos a pedir justicia el jueves ayudaron a fortalecer al equipo. O no. No importa. Son dos banderas distintas que se llevan juntas, recuperar la gloria futbolística y volver al barrio. Dos causas iguales de importantes, iguales de merecidas e iguales de necesarias y una misma pasión.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO CUERVO