Hace
tiempo, mucho tiempo, que Independiente está buscando desesperadamente una
identidad, un funcionamiento. Cosa que a Ramón Díaz le cuesta horrores.
El
positivo 3-0 frente a Olimpo significó solo un ínfimo paso hacia ese esperado
objetivo.
Digo “ínfimo”
más que nada por la pobreza del rival, que realmente no fue justa medida. Vale
agregar que dos de las tres anotaciones, fueron más por error defensivo
visitante que por mérito ofensivo local. Tan flojo fue lo de los bahienses, que
por estas horas De Felippe dejó de ser el entrenador.
Otro
factor a tener en cuenta fue la incesante lluvia que cayó sobre el “Libertadores
de América”, hecho que siempre embarra y dificulta el exhaustivo análisis de
las acciones.
No
obstante, el Rojo dio un pequeño paso adelante y, en busca de una filosofía de
juego, evidenció mejoras en rendimientos individuales, como los de Tuzzio, el
juvenil Iván Pérez y Parra, que volvió a marcar.
En esta
oportunidad, Ramón dejó de lado las ampulosas declaraciones para ajustarse un
poco más a la realidad. Sus “estamos encaminados” y “hay cosas por mejorar de
mitad de cancha en adelante” mostraron que todavía hay mucho camino por
recorrer.
Se
termina el año y el riojano tendrá una pretemporada para trabajar con
tranquilidad, se esperan mejorías contundentes.
Por lo
menos así lo siento yo.
ADELANTADO
ROJO