En 11
meses: 51 partidos, de los cuales ganó y perdió la misma cantidad (16
oportunidades) y el empate fue el resultado más usual (19 veces); lo que
concluye en un 44% de efectividad.Los flojísimos números que surgen del paso de Antonio Mohamed por Independiente hablan por sí mismos, son el fiel reflejo de un mediocre trabajo.
¿Entonces por qué echarle la culpa a la barra brava? No es de extrañar que el Turco tenga una lectura tan incorrecta de la situación, si en el Rojo se cansó de mal interpretar planteos tácticos, tanto en la previa como durante muchos encuentros.
¡Ojo! Con esto no quiero desmentir la obvia relación entre Julio Comparada y ese grupo de mafiosos que destilan violencia en la tribuna. Y hasta puedo reconocer cierta “órden” o influencia en la salida de Mohamed, pero no nos engañemos, no esquivemos el bulto; el Turco se fue por su propia incapacidad, por sus malos resultados y, sobre todo, porque el equipo nunca jugó a nada, jamás demostró una clara identidad sustentable. Y ésta es la causa, quitando la hojarasca de la barra y otros males conocidos…
Hasta pretendió apelar a cuestiones deportivas, estando el Rojo a 9 unidades de la promoción y muy lejos (en puntaje y juego) de los líderes. Lógicamente sin ni mencionar las Copas perdidas sin atenuantes.
En fin, la carencia de autocrítica mancha la salida de un entrenador que la suerte puso una Copa en su bolsillo y la realidad condimentó su polémica salida.
Chau Mohamed, hasta nunca.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO ROJO
