FIN
Llegó el fin, se
terminó, se acabó. Claramente culminó una etapa, un proceso.
Por más que, inexplicablemente, Antonio Mohamed se aferre al cargo de director técnico de Independiente, se percibe con total contundencia la finalización de su ciclo en el Rojo.
A poco de cumplir un año como entrenador, el Turco jamás logró darle una identidad al equipo. Nunca.
El hincha conoce perfectamente que en cada partido nunca se vio una idea de juego consolidada. A pesar de que le dieron muchísimos gustos (Milito, Defederico, Marco Pérez, Ferreyra más las costosas continuidades de Parra, Navarro y Fredes) jamás pudo armar un equipo que le brinde confianza ni a los jugadores ni al público.
El último mediocre ejemplo fue la presentación frente a Argentinos, en la que quedó evidenciada dos características distintivas de Mohamed desde que llegó a Independiente: confusión o incertidumbre (cambios tácticos y ¡Tuzzio de 8!) y timorato, amarrete (siempre con extremo cuidado en defensa, proponiendo poco y nada).
A lo que podemos agregar, que en esta oportunidad, que era una prueba de fuego y un desafío de carácter (tras perder escandalosamente dos Copas) el plantel le dio la espalda y también mostró muy poquito. Da la sensación que solamente lo apoya Julio Comparada…
En el futuro viene el renovado Boca, un punto de inflexión.
Estará en juego la grandeza de un entrenador flojísimo que debería dar un paso al costado urgente.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO ROJO.
Por más que, inexplicablemente, Antonio Mohamed se aferre al cargo de director técnico de Independiente, se percibe con total contundencia la finalización de su ciclo en el Rojo.
A poco de cumplir un año como entrenador, el Turco jamás logró darle una identidad al equipo. Nunca.
El hincha conoce perfectamente que en cada partido nunca se vio una idea de juego consolidada. A pesar de que le dieron muchísimos gustos (Milito, Defederico, Marco Pérez, Ferreyra más las costosas continuidades de Parra, Navarro y Fredes) jamás pudo armar un equipo que le brinde confianza ni a los jugadores ni al público.
El último mediocre ejemplo fue la presentación frente a Argentinos, en la que quedó evidenciada dos características distintivas de Mohamed desde que llegó a Independiente: confusión o incertidumbre (cambios tácticos y ¡Tuzzio de 8!) y timorato, amarrete (siempre con extremo cuidado en defensa, proponiendo poco y nada).
A lo que podemos agregar, que en esta oportunidad, que era una prueba de fuego y un desafío de carácter (tras perder escandalosamente dos Copas) el plantel le dio la espalda y también mostró muy poquito. Da la sensación que solamente lo apoya Julio Comparada…
En el futuro viene el renovado Boca, un punto de inflexión.
Estará en juego la grandeza de un entrenador flojísimo que debería dar un paso al costado urgente.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO ROJO.