UN PUNTO ES UN PUNTO
Sessa: 7
Pierrou: 5
Masuero: 6
Fontanello: 6
Iriarte: 5
Encina: 5
Rinaudo: 7
Aued: 6
Casco: 6
Neira: 4
Córdoba: 6
Castro: 5
Landa: 6
Graf: 5
Pierrou: 5
Masuero: 6
Fontanello: 6
Iriarte: 5
Encina: 5
Rinaudo: 7
Aued: 6
Casco: 6
Neira: 4
Córdoba: 6
Castro: 5
Landa: 6
Graf: 5
¿Jugamos mejor? algo. ¿Tuvimos suerte? Sí. ¿Podríamos haber ganado? También.
Gimnasia es un todo complejo lleno de sorpresas. Por eso ayer, el punto que se trajo del Monumental, puede funcionar como la base de una posible mejoría anímica que permita recolectar algunos porotos más antes que termine esta maqueta del infierno o no puede significar nada y volvemos a la misma.
El nuevo cuerpo técnico hace lo que puede en un momento realmente grave y, teniendo cuenta esta premisa, es entendible el pensamiento que pregona: armarse de atrás para adelante y si nos queda alguna sumaremos de a tres.
Después no pidamos más. Gimnasia es una casita humilde que hay que hacerle refacciones y no hay un mango. Con dos o tres cosas ponemos las cosas en su lugar y aguantamos los días de tormenta.
El primer tiempo de ayer fue un capítulo de suerte. Tiros en el palo, pelotazos para arriba en busca de oxígeno e intentar romper el juego del rival. En un momento se vino la lluvia y zafamos.
La segunda parte fue diferente, nos ajustamos un poco más con las marcas y nos plantamos distinto (aquí entra apenas algo del concepto “mejoría”). Cuando River empezó a desesperarse salimos bien de contra y casi lo ganamos. Estuvimos a centímetros del gol pero tampoco nos sobró demasiado.
No pensemos hoy en los números aunque de todas formas ya no alcanzan los cinco dedos de una mano para hablar de nuestro puntaje. Se viene Arsenal y no sé cómo, pero hay qué ganar. Por el momento démosle la bienvenida a este puntito… un punto es un punto.
Gimnasia es un todo complejo lleno de sorpresas. Por eso ayer, el punto que se trajo del Monumental, puede funcionar como la base de una posible mejoría anímica que permita recolectar algunos porotos más antes que termine esta maqueta del infierno o no puede significar nada y volvemos a la misma.
El nuevo cuerpo técnico hace lo que puede en un momento realmente grave y, teniendo cuenta esta premisa, es entendible el pensamiento que pregona: armarse de atrás para adelante y si nos queda alguna sumaremos de a tres.
Después no pidamos más. Gimnasia es una casita humilde que hay que hacerle refacciones y no hay un mango. Con dos o tres cosas ponemos las cosas en su lugar y aguantamos los días de tormenta.
El primer tiempo de ayer fue un capítulo de suerte. Tiros en el palo, pelotazos para arriba en busca de oxígeno e intentar romper el juego del rival. En un momento se vino la lluvia y zafamos.
La segunda parte fue diferente, nos ajustamos un poco más con las marcas y nos plantamos distinto (aquí entra apenas algo del concepto “mejoría”). Cuando River empezó a desesperarse salimos bien de contra y casi lo ganamos. Estuvimos a centímetros del gol pero tampoco nos sobró demasiado.
No pensemos hoy en los números aunque de todas formas ya no alcanzan los cinco dedos de una mano para hablar de nuestro puntaje. Se viene Arsenal y no sé cómo, pero hay qué ganar. Por el momento démosle la bienvenida a este puntito… un punto es un punto.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO TRIPERO
