CAPITULO 9
Malas noticias para Dante Alonso y para Defensores de Cambaceres. A pocos minutos del final, el penal ejecutado por nuestro amigo fue extraordinariamente tapado por el arquero rival.
Nadie podía entenderlo, pero el esquinadísimo remate del Zurdo fue víctima de una tremenda estirada del portero de Sacachispas.
La pelota se fue el córner, y después de unos minutos intrascendentes el 0 a 0 era una realidad, triste por esa última ejecución.
El vestuario era pura desilusión. Imagínense a Dante, que, como sabemos, no es un chico que le da lo mismo todo, de hecho demostró semanas atrás, tanto su carácter como el compromiso que siente con el grupo del que es parte.
Alonso no llegó hasta las lágrimas, pero hacía mucho tiempo, demasiado, que no sentía tal frustración… esa es la palabra, frustración por tener una importante victoria para Camba al alcance de su mano y que su fino pie izquierdo la desperdicie.
Pero, tanto sus compañeros, como el entrenador, le brindaron su confianza y apoyo y con el correr de las horas, se iba sintiendo mejor.
Lunes, comienzo de una semana difícil.
El entrenamiento corría normalmente, un poco de trote alrededor de la cancha, movimientos leves después del exigente enfrentamiento del sábado y para cerrar el día un “loco” para distender.
Gracias a esa descontracturada situación, las sensaciones de bronca y enojo por el penal se iban transformando en alegría y sonrisas.
Hasta que, luego de unos minutos, le tocaba ir al medio a Dante y para que se sienta mejor, el delantero estrella (Nicolás Vargas), lanzó un: “¡va al medio el erra-penales!”.
Preso de su temperamento, Alonso no la dejó pasar y flor de lío se armó en esa práctica.
Intervinieron los compañeros, entrenadores y hasta algunos dirigentes.
Otra vez, la mala conducta del Zurdo es protagonista.
Algunos, ya no lo soportan…
CONTINURÁ
GI
