Periodísticamente hablando, la noticia fue que Independiente se clasificó a octavos de final de la Copa Sudamericana luego de un global ventajoso de 2 a 1 frente a Argentinos Juniors.
En consecuencia, uno imagina pura felicidad y festejos por el barrio de Avellaneda, pero no es tan así, para nada….
Lo mostrado por el Rojo sigue siendo excesivamente poco, el nivel no supera lo mediocre. Tal es así que uno de los principales bastiones del avance diabólico fue la gran actuación de ayer de su arquero, Adrián Gabbarini, que sacó un par de pelotas de película.
Yendo a la crónica del encuentro en La Paternal, el Bichito Colorado comenzó con el pie en el acelerador, era el que disponía de las acciones. Mientras que los de Garnero (quien falló en su promesa de no replegarse en el fondo) ostentaban una inquietante pasividad.
Con el correr de los minutos, y ante un rival no tan poderoso, Independiente empezó a acomodarse, y cual boxeador esquivando varios golpes, tomó aire y encontró el gol de Leandro Gracián de casualidad, no por demasiados méritos propios.
A pesar de mostrarse más audaz y proponer la iniciativa, el conjunto de Pedro Troglio tampoco escapa de la medianía. De hecho, cada rival medianamente serio y sólido al Rojo lo liquida (Arsenal, River y ni hablar de Vélez).
El Bicho es esperar ver qué puede hacer Néstor Ortigoza, con la colaboración de su secuaz Mercier. Por el lado del Rojo, la calidad de Silvera y que aguante Gabbarini.
Gracián es demasiado intrascendente para ponerse el equipo el hombro, y el Patito Rodríguez todavía está muy verde (lo demostró cuando fue reemplazado haciendo tiempo infantilmente).
En fin, Argentinos buscará recuperar la memoria y mejorar la performance en el torneo local. Mientras que por Avellaneda se concentrarán en la Copa y, sobre todo, en ofrecer mucho más como equipo.
Por lo menos así lo vemos nosotros
GI
En consecuencia, uno imagina pura felicidad y festejos por el barrio de Avellaneda, pero no es tan así, para nada….
Lo mostrado por el Rojo sigue siendo excesivamente poco, el nivel no supera lo mediocre. Tal es así que uno de los principales bastiones del avance diabólico fue la gran actuación de ayer de su arquero, Adrián Gabbarini, que sacó un par de pelotas de película.
Yendo a la crónica del encuentro en La Paternal, el Bichito Colorado comenzó con el pie en el acelerador, era el que disponía de las acciones. Mientras que los de Garnero (quien falló en su promesa de no replegarse en el fondo) ostentaban una inquietante pasividad.
Con el correr de los minutos, y ante un rival no tan poderoso, Independiente empezó a acomodarse, y cual boxeador esquivando varios golpes, tomó aire y encontró el gol de Leandro Gracián de casualidad, no por demasiados méritos propios.
A pesar de mostrarse más audaz y proponer la iniciativa, el conjunto de Pedro Troglio tampoco escapa de la medianía. De hecho, cada rival medianamente serio y sólido al Rojo lo liquida (Arsenal, River y ni hablar de Vélez).
El Bicho es esperar ver qué puede hacer Néstor Ortigoza, con la colaboración de su secuaz Mercier. Por el lado del Rojo, la calidad de Silvera y que aguante Gabbarini.
Gracián es demasiado intrascendente para ponerse el equipo el hombro, y el Patito Rodríguez todavía está muy verde (lo demostró cuando fue reemplazado haciendo tiempo infantilmente).
En fin, Argentinos buscará recuperar la memoria y mejorar la performance en el torneo local. Mientras que por Avellaneda se concentrarán en la Copa y, sobre todo, en ofrecer mucho más como equipo.
Por lo menos así lo vemos nosotros
GI
