“Terrible Goleada”, “Oleeeee”, “Alegría para todos”, y no sé cuántos más títulos rimbombantes leí por ahí… A ver, ¿a cuánta gente verdaderamente le interesó el partido entre Argentina y España?...Sin ánimos de ser aguafiestas, considero que hubo demasiada felicidad y algarabía alrededor de un encuentro que solo leyeron bien los españoles: Vinieron a nuestro país a seguir festejando, y está perfecto.
Imagino la charla de Andrés Iniesta con un amigo: “¡Oye tío, estuve dentro de la Bombonera, no sábes, es impresionante hombre!, “¡Míra hermano, míra el videito que hice con David (Villa) en el vestuario!”
Mientras que por el otro lado, por el sector nacional, algunos jugadores en las declaraciones posteriores al match enfatizaban “esto es para la gente que estaba dolida”, “le debíamos una alegría a la gente”. Acaso pregunto, ¿alguien se siente menos defraudado del 0-4 atroz frente a Alemania gracias la sanata de ayer en el Monumental? ¡¡¡Por favor!!!
En tanto, el Antonio Vespucio Liberti estaba plagado. Plagado de invitados por empresas, plagado de curiosos, plagado de mujeres preguntando “¿Ese es Messi?” (cuando el que transportaba el balón era Cesc Fábregas), plagado de simpatizantes de fútbol.
¿O me vas a decir vos amigo hincha de Boca, que estás preocupado por el sistema táctico de Borghi, que gritaste el gol de Agüero? ¿O me vas a decir vos amigo de River, que estás preocupado por volver a la punta de la mano de Pavone, que tiraste un puñito con la concreción de Messi? ¿O me vas a decir vos amigo del Rojo, que estás preocupado por tu continuidad en la Copa Sudamericana, que festejaste con Gonzalo Higuaín? ¿O me vas a decir vos amigo del Pincha, que todavía no podés creer lo de la Recopa, que pegaste un salto con el golcito de Tévez?...
En fin, este partido será olvidado rápidamente. Esperemos que, de una vez por todas, se empiecen a hacer las cosas bien desde temprano, con responsabilidad, con un director técnico serio, con un respetable proyecto para que en Brasil 2014, al menos no volvamos de la Copa del Mundo con un papelón bajo el brazo.
GI
