Campeón 2015 de la poronga. Les vamos a meter rivotril en un bidón y los vamos a pinchar con un alfiler infectado con ébola. Cuando estén en el piso los vamos a pisar, y cuando vayamos ganando, vamos a hacer más tiempo que un jubilado en la cola de un banco, vamos a esconder las pelotas 1000 metros bajo tierra, y cuando sean las 5 de la tarde vamos a tomar el té con scones en la confitería del club, con nuestro presidente inglés. Ojalá se mueran todos y tengan que devolver esa copa de mierda que ganaron en un escritorio.
Sebastián Saja: “Los mejores arqueros de la historia de Racing fueron Cejas y Fillol, no yo”.
Fillol era un boludo que atajaba con la 5. ¡Con la 5! ¡Más ridículo que los jeans blancos del gigolo! Y ese tal Cejas en la puta vida lo vi atajar, pero hay que hablar bien de él porque se murió hace poco. El mejor arquero de la historia de Racing soy yo, pelotudos, está más claro que el fraude en Tucumán. Hay que defender con tipos como Pillud cerca, no cualquiera lo logra. Por eso no quedan dudas que soy el mejor de la historia. De Racing seguro. Y del mundo debo andar cerca.
Diego Milito: “Fue un partido durísimo, y sabíamos que iba a ser así. Por eso el festejo, el desahogo del final”.
Me dijeron “Arsenal”, por un lado, y “Caruso”, por otro, y ya sabíamos que iban a estar más a la defensiva que Chano caminando por Núñez. Nos hicimos la idea de que sería más jodido de entrarle que a una virgen con medibacha puesta. Caruso la única promoción que no pudo ganar fue la de dos tiros por un peso al arco de enfrente. Ah, y lo del festejo no fue por el desahogo, sino porque nos tocaba prima si ganábamos y nos entraron unos manguetes que me vienen bárbaro para cambiar el BMW por un modelo más nuevo, que es de julio y ya me estaba quedando viejo y poder cancelar los 5 meses de expensas que estoy debiendo.
Néstor Ortigoza: “Me voy con una tristeza muy grande. No pensé que la gente era tan desagradecida. Me llevo una amargura fea”.
Me pone más triste la renuncia del primer ministro griego que las puteadas de los tres hinchas que tiene Argentinos Juniors. Que me insulten en esta cancha es hasta algo bueno, significa que no soy ídolo de Argentinos, lo que me diferencia felizmente de burros como Schiavi o Tomatito Pena. Los boludos que me putean, llegan a la casa y la jermu le dejó salchichas en el freezer, y encima después los manda a lavar los platos. Mientras yo, después que me termine mi sesión de jacuzzi y cene caviar en el mejor restaurant de Puerto Madero, me voy a matraquear como conejo sexópata con un gato vip a un telo con espejos de oro mientras tomo un champagne de una luca verde.
Lucho González: “Nos duele porque veníamos a buscar los tres puntos”.
Vinimos a conocer la casa del fundador de Agapornis, re buena onda el flaco. Después jugamos al fútbol, pero eso nos chupa un huevo. Ya ganamos la Copa, estamos hechos hasta enero del 2087. Después de ganar un torneo tan groso, la gente no nos puede putear, mínimo, hasta que se muera Mirtha Legrand. Nos pueden romper las pelotas por perder con Estudiantes, que además nos hizo el pasillo. Yo creo que si los apurábamos un poco, quizá nos tiraban la piola. En fin, además hice un gol. Que no me rompan la pija.
