Jugábamos con Patronato en casa y todo estaba listo como para sentir por primera vez ese gustito de tener el ascenso al alcance de la mano, pero las carencias y falencias propias (más allá de lo que hizo el rival), contribuyeron a que ese sueño quedara trunco.
All Boys fue de mayor a menor, intentó jugar por abajo, intentó hacer más de dos pases seguidos, intentó ganar las espaldas de los mediocampista y laterales rivales, aunque todo quedó en intenciones. Pero atención, esta vez por lo menos se quiso jugar a otra cosa. También hay que señalar una vez más, que el paupérrimo estado del campo de juego hizo imposible que esa idea de juego se pueda plasmar, por ende, el pelotazo, la pelota parada y el centro a la olla fueron los pocos argumentos esgrimidos, que confabularon contra el espectáculo.
Un dudoso penal sobre el cierre del primer tiempo le dio al Albo el 1-0 parcial. En la segunda parte la visita fue en busca del empate lo logró tras un rebote que dejó inmóvil a Cambiasso. All Boys no hacía pie, la pelota fue casi toda del rival que pudo llevarse los tres puntos, pero entre el 1 y el travesaño hicieron que el empate al final no sea tan mal visto.
Hace apenas unas semanas estábamos en el infierno futbolístico, un par de victorias nos dejaron al borde del ascenso, pero este All Boys que lo que más sabe hacer es empatar, volvió a la realidad, esa que indica que no sabemos a qué jugamos. Este torneo corto es tan rápido y parejo que cualquiera de golpe con un par de triunfos se acomoda y aspira a algo que hasta hace poco parecía imposible. Los números todavía nos dan un guiño.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO ALBO