Te pidieron que lleves la torta a la mesa para cantar el feliz cumpleaños a tu hermanito. En el camino se te cae al piso. Por esas putas
casualidades, algún genio tuvo la brillante idea de llevar otra.
Zafaste.
Pusiste la alarma a las 5 para dar una repasada final
antes del parcial. Te lavantás, ves la hora y son las 13. Dormiste como un
gil. Llamás a un compañero y te enterás que los troskos tomaron la facultad.
Zafaste.
Tus viejos salen a cenar en su noche de aniversario y vos
usurpás la casa para hacer LA joda del año. Son las 7 y está toda la planta
baja bardeada. Te suena el celular: “hijo, estamos en Necochea, volvemos el
martes”. Zafaste.
Pasas 437 días sin pisar el césped por una puta fractura de
tibia y peroné, entrás y hacés un penalazo que merece expulsión y una beca para asistir a un curso sobre ‘el fútbol y los derechos humanos’. Mansilla patea y Conde ahoga
su festejo.¡Qué alivio, Bovaglio: Zafaste!
Por lo menos así lo
vemos nosotros