No fue fácil cuando, hace casi un año, estábamos viendo como varios de nuestros ídolos que fueron parte de la epopéyica vuelta en el Mineirao, debatían entre irse o quedarse en Estudiantes. El gran Chavo se quedó, pero tanto Braña como Benítez decidieron marchar a Quilmes tras una desgastada relación con la CD. Sustituirlos no iba a ser sencillo.
Antes de que el Chapu dijera "hasta luego", apareció un pibe que, como pocos, se metió en la piel del hincha desde el primer momento. Ya desde sus primeras intervenciones se vio que estaba hecho tal cual para Estudiantes. Ganando pelotas dejando la vida, despertó los primeros aplausos y miradas cómplices entre los que estábamos allí: "¿cómo se llama? ¿Romero cuánto?", preguntábamos sorprendidos.
Gastón Gil Romero es, sin dudas, el juvenil que más ha crecido en esta etapa comandada por Pellegrino. 30 partidos en Primera le bastaron para meterse al hincha genuino en el bolsillo y que nada menos que la Bruja y el Chavo confíen en él para que sea el capitán del equipo. Es que el pibe deja todo por recuperar una pelota, y además, cuando la tiene, la entrega correctamente. Corre, corre, y corre. No traba ni con los pies ni con la cabeza: lo hace con el corazón. Y eso, mi querido Gil Romero, eso es Estudiantes. Dejar todo por un bien común, por el equipo.
Tenemos 10 puntos, estamos a dos del puntero, pero no hay que perder de vista el objetivo: sumar para alejar viejos y olvidados fantasmas. El empate contra Newells nos deja en claro que esta generación de jóvenes está encontrando lo más difícil en un equipo: identidad. Nos transformamos en un equipo difícil y bravo para cualquiera. Corremos, metemos, y, cuando se puede, jugamos. Estos conceptos están siendo incorporados por los Rulli, Auzqui, Silva, Jara, Klusener, Carrillo, quienes de a poco comprendieron cómo se juega en Estudiantes.
Nosotros sabemos que el esfuerzo no se negocia, que hay que dejar hasta la última gota de sudor en el campo, que "la vida por los colores" no es un simple cantito de la hinchada sino que es nuestra filosofía, nuestro estilo, nuestra estirpe. Y no hay nada más lindo que ver a un jugador tan joven haber entendido eso a la perfección. El 5 no es ni vos, ni tu viejo, ni tu tío ni tu hermano: es Gastón Gil Romero, el pibe que juega como un hincha.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO PINCHA - Dr. Bidón
