Cuando tu mujer te ve romper un vaso a vos, que siempre la acusás de torpe. Cuando tu ex pasa con un pendejo con los abdominales marcados después de que la dejaste por una gorda gauchita. Cuando tu empleadito arma una empresa que funde la tuya y no te queda otra que ir a pedirle laburo. Cuando tu pibe te escucha decirle "nieto de un vagón de 3 millones de putas" a un viejo remisero y recordás que hace un rato lo retaste por decir "culo". Cuando no podés bajar esos kilos de más y justo te cruzás con el gordo que mortificaste en el secundario y que ahora está delgado. Cuando sos Arsenal y te encontrás con Belgrano, un equipo sólido en el fondo y que sale rápido. Es como si te dieran de tu propia medicina.
Por lo menos así lo vemos nosotros.
