Sabella: Hola, ¿Señor?
Dios: ¿Quién habla? Se liga con otro teléfono...
Sabella: Soy Alejandro Sabella, soy...
Dios: Ah con razón andaba mal el teléfono, no me lo habrás pinchado para hablar conmigo, ¿no?
Sabella: Pero Señor, ¿cómo va a pensar algo así? Yo...
Dios: Pero vamos, querido, yo sé todo. Vos venís de la escuela del alfiler.
Sabella: Señor, eso es un mito...
Dios: ¿Hola?... ¡Hola! Hablá más fuerte, se oye raro.
Sabella: Decía que es un mito...
Dios: ¿Humito? Humito vendiste amagando que ponías a Messi de titular.
Sabella: Es que tenía dudas...
Dios: No sos el único, tu arquerito también tiene muchas dudas.
Sabella: Ah, ¿ud. ve los partidos, Señor?
Dios: Claro, casi todos. Y estuviste bastante amarrete en este último. ¡Metiste línea de 5 contra Ecuador! ¿Cuando juegues contra Alemania qué vas a poner? ¿Línea de 7 y doble 5?
Sabella: Es que jugamos en la altura, te falta el aire, los contrarios vuelan, la pelota no dobla...
Dios: Ese verso lo inventé yo, que no puedo meter un chanfle. Uno que era jefe tuyo me choreó el yeite.
Sabella: ¿Passarella?
Dios: Obvio, no voy a estar hablando de Verón.
Sabella: Pero Verón era mi dirigido, no mi jefe.
Dios: ¿Qué parte de "yo veo todo" no entendiste, Alejandro?
Sabella: Bueno, Señor, le cuento: lo estoy llamando porque...
Dios: ¡Dejá de joder! ¡Tu equipo vale no sé cuántos palos verdes! Dejá que me pida Uzbekistán, San Marino, Islas Feroe. Incluso te acepto un mangazo de Paraguay, pero vos tenés todo.
Sabella: ¿Sí, pero si se lesiona Líonel? Se me ocurrió si ud. no podía protegerlo para el Mundial. Aunque sea por ese mes.
Dios: Uh, no sabés los pedidos que tengo sobre ese tema. Mourinho me llamó ochenta veces para pedirme lo contrario. Recibo mails de brasileños todos los días para que lo desgarre... Recién me llegó el vigésimo inbox de Cristiano Ronaldo que ni te imaginás lo que pide. Lo mejor en ese punto es no innovar, que sea lo que D... emmm digo que sea lo que sea. ¿Por qué no probás con otra cosa?
Sabella: Me gustaría que Zabaleta marcara mejor para que Rojo pueda subir.
Dios: ¿Qué el Rojo pueda subir? Si no bajó todavía. Mientras las matemáticas...
Sabella: Hablo de Marcos Rojo, Señor.
Dios: ¡Cierto! Lo convocaste también a ese. Braña, el Principito, Federico Fernández... no tenés límites. ¿Los alcanza pelotas también son de Estudiantes?
Sabella: Y Basanta.
Dios: ¿Qué santa? ¿María?
Sabella: No, Basanta.
Dios: ¿A dónde va Santa? Decime que lo ando buscando. Ese gordo regalero se hizo famoso con el cumpleaños de mi hijo. Lo voy a agarrar de la barba y...
Sabella: Basanta, Señor, José Basanta.
Dios: Ah, me suena, creo que hablé con él para que lo convocaras, ya me acuerdo. Mirá que soy poderoso, logré que convocaras a ese fantasma.
Sabella: Disculpe, Señor, pero entonces, ¿no me va a ayudar?
Dios: Yo quiero, pero vos pedime algo menos conflictivo, qué sé yo... te puedo hacer unas neuronas para Mascherano. O musculatura para Gago y Di María, me quedé un poco corto ahí. Le puedo conseguir una novia más linda al Kun.
Sabella: Bueno, todo suma. Cuento con eso.
Dios: Sobre todo con lo del Kun, eso te lo arreglo en dos minutos, es facilísimo encontrarle una mina mejor que las que tuvo.
Sabella: No quiero ser irrespetuoso, pero no entiendo qué ganaría yo con eso...
Dios: Ves, por eso te digo que no te puedo ayudar. Ustedes son así, ponen el resultado por encima de todo. Acá en el cielo no podemos ser así. Te convendría pedir en otro lado. Eso sí, te va a salir caro.
Sabella: ¿Usted dice venderle el alma al Diablo?
Dios: No el Rojo no está para comprar a nadie... Comparada lo dejó hecho m...
Sabella: Hablo del Demonio.
Dios: ¿Hauche? Yo no lo convocaría, para empezar tiene un balde en la cabeza y hace mucho que...
Sabella: Señor, hablo de Satanás.
Dios: ¿Páez? Qué rústico que era... ¿Cómo se te ocurre convocar a...? Ah, sí, sí, eso decía. Yo creo que si llamás al Infierno seguro te van a dar una mano. Es cuestión de negociar.
Sabella: Pero no tengo el teléfono, Señor.
Dios: Ah, mirá que sos pillo, eh. Ni loco un "pero Señor, soy católico" o "Señor, ellos son el mal". No, si te doy el teléfono vos vas y lo llamás, ¿no?
Sabella: Bueno, es que...
Dios: Dejá, dejá, no expliques. Mirá, el teléfono del Demonio no lo tengo, pero trabajás con Grondona y con Bilardo.
Sabella: ¿Y?
Dios: Olvidate, seguro que ellos lo tienen. Le vendieron el alma hace miles de años, ya. Vienen laburando para el Infierno desde hace tiempo. Preguntales.
Sabella: Gracias igual, Señor. Entonces arreglo con ellos.
Dios: No hay por qué, Alejandro. Cualquier cosa, hablamos.
