El payaso es un personaje particular, con el que cada uno genera un vinculo especial y es visto de diferente manera a lo largo de la vida.
De pibe no tenés opción, o te cae bien o le tenés un cagazo gigante. Imposible olvidar a los inocentes Gaby, Fofó y Miliki o a IT y sus películas, que si te agarraban con la luz apagada te cagabas encima.
En la adolescencia, te los tomás más relajado. Te hacés amigo del Guasón y de Krusty, y la terminás pasando bien.
De grande, le entregás la educación de tus hijos a Piñón Fijo, aunque por dentro pensás que algún roscazo a los pibes le pega. Si tenés un rato, te ves un partido y llorás de risa cuando lo ves jugar a Luguercio.
Lo que no cambia con los años, son los payasos que te dan tristeza. En este rubro no hay competencia, el payaso Ricardo se lleva todos lo premios. Su mejor número es ensuciar colegas y joder con las enfermedades, antes y después de los partidos.
Por lo menos así lo vimos nosotros.