Se nos fue un grande, un histórico, un gigante. Será imposible no extrañarlo, porque nos acostumbramos a tenerlo entre nosotros, porque hizo grande nuestro fútbol, y porque dejó en él una huella imborrable.
La agonía fue larga y dolorosa, fue un semestre eterno. Parecía que podía levantarse, ilusionó a la gente y nos hizo pensar que se quedaría, pero nos equivocamos, finalmente cayó y se nos fue.
El último adiós fue este finde, pero ya estaba decretado. Fiel a su estilo se fue a lo grande, con dignidad, con la frente en alto, dejando todo y demostrando que esto es sólo un hasta luego.
Su futuro es incierto, nadie sabe lo que será de su destino. Ojalá tarde o temprano vuelva, y esté otra vez entre nosotros para no volver a irse.
¡¡¡Hasta siempre Flaco Morant, querido!!!
Por lo menos así lo vemos nosotros.