Desde que éramos pibes, y a lo largo de toda la adolescencia, nuestros viejos hicieron lo humanamente posible por inculcarnos los mejores valores, entre ellos, el respeto al prójimo. Sin embargo, hay hechos que nos obligan a olvidar todo lo aprendido y convertirnos en vándalos en segundos.
Es imposible no tocarse un huevo y largar una puteada cuando vemos un colorado, y Sava nos da la razón.
Segundo partido consecutivo que su equipo pierde puntos en el último minuto, y esta vez contra el burro de Palermo.
Todo bien con el respeto, pero no jodamos muchachos. Es imposible salvarse con un colorado en el banco, ¿por qué? por mufa...
Por lo menos así lo vemos nosotros.