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28 enero 2013

1mtrA CON EDUARDO SACHERI


28 enero 2013

"NO CAMBIARÍA UN OSCAR POR SALVARME DE UN DESCENSO"


Corría el 2005 cuando el reconocido historiador y escritor Eduardo Sacheri escribió la novela La pregunta de sus ojos. Cinco años más tarde, El Secreto de sus ojos (adaptación del director Juan José Campanella) ganó el Oscar como mejor película extranjera. 

Sacheri recibió a Un Metro Adelantado en su Castelar natal con toda la amabilidad, simpleza y camaradería de un verdadero tipo de barrio.

Confeso hincha de Independiente, Eduardo no dudó en afirmar que “no cambiaría el Oscar por salvarme del descenso”. El autor del libro Esperándolo a Tito demostró su marcado sentido común y explicó que “el Oscar significa un montón de laburo y futuro para mi familia”.

Si bien basó la mayoría de sus cuentos en la pasión del hincha, el historiador reconoce que “tiene que tener un límite de respeto hacia los demás". “Hay cosas más importantes” concluyó, advirtiendo sobre la importancia de contemplar al hincha contrario como una persona y no un enemigo.

El autor de Te Conozco, Mendizábal aseveró: “Del 90 para acá, la Selección con la que más contento me sentí fue la de Bielsa”. Y sobre el DT, añadió la importancia de sus valores: “Tiene una honestidad salvaje. Se maneja con una ética de hierro”. 

Dentro de esa misma línea de prioridades personales, comentó con firmeza: “No me banco a Mourinho. El daño que le hace al Real Madrid es enorme”. Lo fundamentó calificando de llorón al entrenador portugués. “Está buscando siempre excusas. Ensucia las previas, los partidos y los post-partidos”. 

Por último, está de acuerdo con la decisión política de Fútbol Para Todos “siempre y cuando los números cierren”. Contó que eventualmente ve partidos por televisión con el audio de su querida radio y dejó una interesante reflexión final: "Quizás nos guste tanto el fútbol porque es como en la vida: pasan pocas cosas importantes”. 


 EL FÚTBOL

- ¿Te es posible imaginarte una vida sin fútbol?

Yo creo que es posible una vida sin fútbol porque la vida te demuestra que puede cambiar de manera espantosa. No me imagino la vida sin fútbol pero sé que podría suceder. En ese caso, no sería la misma persona. Me faltaría una de las cosas que más me gusta hacer: jugar, hablar, mirar fútbol. En definitiva, un elemento de conexión muy esencial con las otras personas y conmigo mismo. El fútbol lo usamos como una especie de código que te permite descifrar emociones y sentimientos. Me alegro que sea sólo una hipótesis.

- ¿Qué es lo que creés que hace al fútbol tan diferente a otros deportes?

Muchas veces me lo planteo. Primero pienso si el fútbol es tan diferente, o quizás el simple hecho de que nos guste a nosotros nos lo hace parecer especial. Por otro lado, siento que es un deporte muy imprevisible y democrático en lo que puede suceder. Cualquiera le puede ganar a cualquiera. Al mismo tiempo, es un deporte donde pasan pocas cosas esenciales. Es más, puede jugarse un partido entero sin que haya goles. ¿Qué otro deporte puede salir 0 a 0? Es imposible un partido de básquet o uno de tenis sin puntos. Esto hace que el fútbol se parezca a la vida: son pocas las cosas recordables en la vida. Eso lo hace muy especial.


- ¿Cuánto creés que representa la personalidad de un hombre en su forma de jugar al fútbol?

Me parece que cuando jugamos al fútbol nos quitamos las máscaras y mostramos como somos en lo sublime y en lo espantoso. Mostramos las dos cosas. Nadie muestra sólo cosas buenas jugando al fútbol. Si dentro de una cancha hacés ciertas cosas que para mí fuera de ella son inadmisibles, como por ejemplo si sos morfón, no ayudás, fingís o vas de mala leche, afuera a lo mejor no seas mi amigo.

- ¿Lo ves mejor o peor que hace 20 años?

Peor. Lo veo más veloz y peor jugado. Es inevitable que sea cada vez más físico. El resultado son 22 picapiedras, atletas que no pueden parar una pelota. Y en el aspecto humano lo veo cada vez más violento. Eso me preocupa y me decepciona mucho. Esta cultura del “aguante” le ha hecho un daño enorme a los hinchas, que son lo que más me gusta del fútbol.

- Habitualmente se caracteriza de forma distinta la “pasión” en el fútbol acá o en Europa. ¿Cuál te gusta más?

A mí me gusta la pasión que tenemos acá, pero hay límites. Ir a ver un Boca – Independiente y escuchar las cosas que le gritan a Boca desde las tribunas me parece una locura, un grado de discriminación increíble. Salgo asqueado. El amor por tu club no es sólo pasión. Tiene que tener un ojo crítico, y también uno debe considerar la existencia del otro. El “eh, vos no existís” no me va. No poder decir que un jugador rival hizo un gran partido es de un grado de locura que no comparto.

-¿Sos de enojarte en la cancha? ¿Por qué tipo de cosas?

Me fastidio mucho. Vivo fastidiado (risas). Si jugás en Primera tenés que ser capaz de darle con los dos pies la pelota a tu compañero. Hay tipos que tienen un sólo pie y juegan en Primera. Una vez estaba en la popular de Independiente y a Vallés lo pasan de 4 a jugar de 3. Pareció como si lo hubieran puesto de astronauta al hijo de puta (risas). Loco, te cambiaron de lado. Está bien que estés más cómodo jugando de 4, te entiendo, ¡pero te pusieron de 3! En un momento, uno de atrás me dice: “eh, no le caigás que no es su posición”. Me jodió más lo de este tipo que lo de Vallés. Aceptar ese tipo de cosas me hincha mucho las pelotas. Me fastidia.

- Queda claro que al fútbol argentino lo ves mal…

Salvo el Sub 20, que es maravilloso. ¡La puta madre! (risas).

- ¿Hay algún equipo argentino que te parezca que juegue bien? 

(Silencio…)

- Claramente Independiente no...

¿Por qué? (risas). Mirá, el que más respeto me genera es Vélez. Digo “respeto” porque no hay ninguno que me guste mucho como juega. Digo Vélez por su continuidad. La impresión que me da de superioridad respecto de los demás es por los lapsos en que mantiene una identidad.

-Dentro de esa identidad, ¿qué es lo que rescatás?

Juegan con chicos del club, con un mediocampo combativo, con un par de pibes más o menos veloces arriba... Vos sabés a qué van a jugar. La mayoría de los otros equipos se bandean. A lo mejor en ese bandeo meten unos partidos y hasta te pueden meter un campeonato… Te puede salir campeón Arsenal... ¡mamita! (risas). Me gustaría que en los equipos hubiera identidades más fieles, más firmes. Por eso rescato a Vélez, hay cierta constancia y ciertos principios que en los demás no los veo.


- Ideológicamente, ¿estás más cerca de Menotti, Bilardo, Bianchi o Bielsa? 

Bielsa, sin dudarlo. El tipo me parece de una honestidad salvaje. Se maneja con una ética de hierro que hasta a los demás nos puede parecer excesiva. Es muy laburador y creo que hay ciertos principios de honestidad que encarna de manera muy particular. Además lo que me gustaba del tipo era que no entraba en el puterío típico del fútbol, las declaraciones, y no se ponía el cassette. Esto hace que a algunos periodistas argentinos les moleste: “Ay, le preguntas algo a Bielsa y te contesta en 20 minutos”. Y vos decís: “claro hijo de puta, porque vos al segundo minuto ya no lo podés seguir”...

-¿Seguís manteniendo la costumbre de escuchar los partidos por radio? ¿O te volcaste a la televisión ahora que es la época del Fútbol Para Todos?

Para mí el relator de radio genera la magia de poder imaginar un partido de 8 a 8. El de tele no tiene eso. Me gusta mucho. La cagada es que ahora tenés que ser científico para enganchar el relato radial con la antena. Que llega antes que la imagen, que llega después… Igual, a veces me saturan tanto que prefiero escucharlo por radio aunque venga adelantado. Sino bajo el volumen y lo miro mudo. 

- ¿A independiente también lo escuchás por radio?

No. Me jode mucho escuchar los partidos de Independiente por radio. Me pone muy nervioso porque no ves nada. Me mata. Si es otro equipo lo escucho sin problemas, pero con Independiente no puedo.

- ¿Qué opinás de la decisión política del Fútbol Para Todos?

Me parece bien que se revise un negocio oscurísimo como era el que manejaba Torneos, Clarín o el que fuera. Igualmente, no me gustaría que el Estado pierda guita con el fútbol. Si lo que el Estado gasta en Fútbol Para Todos lo gastara de todos modos haciendo publicidad en medios privados y el número cierra, no me parece mal. Lo que sí me gusta diferenciar es al Estado del Gobierno: el Estado somos todos y el Gobierno son los que nos mandan durante un determinado tiempo. A veces, escuchando los relatores de Fútbol Para Todos, me da la sensación que esa frontera está demasiado borrada. No me gusta que en el medio del partido me bajes línea, como no me gustaría que me la bajara Macri. No es un tema de tal o cual. No me parece que esté bueno.   

INDEPENDIENTE

- ¿Te considerás un fanático de Independiente? Porque está claro que no te da lo mismo si gana o pierde el Rojo…

Yo soy apasionado, enfermo de Independiente, pero no soy fanático. Para mí el fanático es un tipo irracional, violento, que no acepta a nadie que piense distinto. Si no puedo dormirme un domingo a la noche por quedarme calculando los promedios, reconozco que soy un enfermo (risas). Pero si yo al mismo tiempo soy capaz de decir que somos un desastre, sin echarle la culpa a cualquier conspiración planetaria que esté en nuestra contra, estoy demostrando cierta dosis de salud.

-Vos decís que una de las cosas lindas del fútbol es que siempre te da revancha. ¿Esa teoría te ayuda a sobrellevar un posible descenso?

Me ayuda relativamente. Obviamente que no me quiero ir al descenso, y para mí es un mérito importante no haberme ido nunca. Pero al mismo tiempo hay otro montón de medallas que no me las van a sacar porque descienda. Pero si me voy, volveré ¡qué va a ser! Si te pasa no es porque te mandaste 3 años de cagadas, ¡son 114 cagadas! Son muchos años de hacer las cosas mal.

- ¿Este es el peor Independiente que viste en la historia?

El Independiente del primer semestre del 2002 que sale último antes de salir campeón era un equipo lamentable. Y el Independiente que agarra el Tolo de nuevo en el 2009 que debuta con un 0-5 con Lanús era siniestro también. Está claro que no tenemos un buen plantel hace muchos años, aunque no creo que este sea el peor. Si no estuviera tan ungido no le iría tan mal.

-¿Qué opinás de Cantero?

Le tengo mucha fe, pero no lo conozco en detalle. Hablé con él un par de veces y me cayó muy bien. Me saco el sombrero ante tipos que están dispuestos a invertir las noches de sus vidas en ir a un club. Lo que va haciendo Cantero yo lo valoro y lo apoyo. No sé cómo va a terminar. A Comparada lo voté dos veces y mirá cómo me fue después. Capaz que yo ahora te digo esto y dentro de tres años me quiero matar.

- ¿Creés que un posible descenso puede empañar lo que está haciendo?

Por mi parte no, pero hay que ver qué pasa después. Para evaluar la gestión de Cantero tiene que terminar su mandato. Lo más importante no es si se salva del descenso o no, sino ver también otras cosas. Por ejemplo si seguimos debiendo una fortuna, si las inferiores tienen agua caliente, si terminamos la tribuna del lado de la cancha de Racing, si hay plantel, si volvimos en caso de habernos ido al descenso. Sin embargo, seguramente lo van a prender fuego si descendemos, y cualquier cosa buena que haya sucedido extrafutbolísticamente no va a tener importancia. Para la mayoría de los hinchas lo único que importa es lo que sucede el fin de semana.

LA SELECCIÓN

- ¿Messi es el mejor jugador de todos los tiempos o... te vamos a tener que disculpar?

Yo, en general, me niego al "todos los tiempos" y a las comparaciones anacrónicas. Lo que yo te puedo decir es que ahora no hay ninguno que juegue lo que juega Messi. Me encanta, y ojalá juegue así un montón de años. Menos mal que es argentino, porque si fuera brasilero me pego un tiro en las bolas. Así como me parece que Diego entre el 85 y el 90 fue el mejor. No me parece que el fútbol sea una cuestión solamente de resultados y estadísticas. Pero, de los que juegan ahora, Messi es el mejor, sin dudas.

- ¿Cuál es la selección que más te gustaba cuando la veías? ¿Por qué?


La de Bielsa, sin dudas. Esa selección salía a matar a todo el mundo. A veces no mataba, y así fue que se comió tres contra Brasil en un partido por Eliminatorias, pero iba a empezar el partido y yo sabía a lo que iba a jugar. La Selección con la que más contento me sentí fue esa. Yo pienso que desde el 90 para acá, con Bielsa fue el único lapso donde Argentina consiguió ser temible. Y lamenté mucho que en el Mundial haya sido un desastre. 

- ¿Qué te parece la Selección de Sabella? ¿Te gusta?

Me gusta mucho como se están armando del medio para adelante. Del medio para atrás me parece que todavía somos una banda. El partido con Chile me parece un ejemplo. Te agarraron la pelota los primeros veinte minutos, te cagaron a pelotazos, y si te metían dos goles estaba bien. Me parece que eso tiene que ver con que no encontramos marcadores de punta, con que a los centrales todavía les falta. Hay tiempo para corregir eso y Sabella me parece un tipo laburador, que no vende humo. 

- ¿Creés que falta algún jugador que no está convocado?

¿Aparte de Vallés? (risas)... Mirá, no me gusta Romero en el arco. No me parece que es el arquero de la Selección. ¿Quién podría ser? Si digo Ustari, me van a decir que es todo por una cuestión de clubes. Me parece que es un puesto a laburar. Cuando yo hablo de los de atrás, incluyo al arquero. Para mi Ustari es un arquerazo, el mejor de los que vi en estos últimos años. Y antes de Romero hay algunos que pongo.
Alguno de los que ataja acá aún es más arquero... Saja, Orión, Hilario...No, mentira... (risas).

  LITERATURA

- Para alguien que no te conozca y tenés que recomendarle tres de tus cuentos de fútbol, ¿cuáles le dirías que lea?

Es una pregunta muy difícil. Supongo que Esperándolo a Tito, Me van a tener que disculpar y Los traidores. Todos por diferentes motivos. Pero, me lo preguntás mañana y te cambio los tres. Es complicado. No tengo uno que diga "éste es el cuento", porque vos sentís distintas cosas en relación a cada uno que has escrito. A alguno lo querés mucho por las alegrías que te dio. A otros por el laburo que fue escribirlo. De otros te encanta la historia, pero te seduce a vos, independientemente de lo que le haya pasado a la gente después. Entonces, es difícil definir un criterio como para generalizarlos y elegir. Independiente, mi viejo y yo es mi infancia, ¿viste? Ahí está: te metí un cuarto cuando me pediste tres...

- Yendo a Los traidores, hacés referencia a un jugador que se vende por plata, a un hincha que se vende por amor... ¿Vos pensás que en el fútbol las traiciones son imperdonables? 

Yo creo que siempre está mal la traición. Lo que pasa es que uno tiene que tomarse un buen tiempo para pensar cuándo es o no es una traición. Suponete: lo que hizo Leguizamón en el clásico de La Plata al pedirle una camiseta a Verón jugando para Gimnasia no es una traición. Para mí es otra cosa. Ahora, si vos te me besaste la camiseta y declaraste durante dos años que no te ibas a ir nunca del club y después te ponen una guita y te vas, eso sí es traición. No porque te vayas, sino porque me prometiste otra cosa. Es importante que tengamos en cuenta dónde, verdaderamente, arranca una traición. 

- ¿Cuáles son los escritores que más te marcaron?

Los que más leí no son del palo de la literatura futbolera. Tipos como Cortázar, Sábato, García Márquez, Vargasllosa. Fontanarrossa me encanta, pero lo empecé a leer cuando ya escribía cuentos de fútbol. O sea, es una adquisición medio tardía para mí.

-Y de literatura futbolera, ¿con cuáles te quedas?

Soriano y Fontanarrosa, sin dudas. Ambos son estupendos y genuinos pero no escriben parecido. El Negro tuvo más que ver con el humor, con el grotesco, con el amor desbordado por un club, con esto de un espectador de los que ya no hay: estos tipos que sabían mirar fútbol. En Soriano lo que me parece maravilloso es la perspectiva del jugador, del árbitro, del técnico, de ese fútbol intrascendente y cimarrón del interior del país, que es al que a él le tocó jugar, que me parece que es el sustrato de ese fútbol estelar que uno ve después. Me parece que está muy bueno que la literatura se le anime a temas cotidianos y a la vida de gente común y corriente.

-¿Cómo te ubicás vos dentro de ese grupo de escritores?

Creo que para juzgar cómo escribo yo falta tiempo. Si después de treinta años te encontrás con libros míos, con gente que le gusta leerme, ahí podés decir: “este Sacheri no escribe mal”. Si lo mío es una cuestión efímera y tuvo que ver con esta explosión de la literatura futbolera o pegarla con El Secreto de sus Ojos y dentro de un tiempo nadie tiene la más puta idea de lo que escribía yo, ése será el momento de advertir que no era tan bueno.

- Ok, si querés esperamos unos años más, pero ya van quince


Esperen. Ustedes esperen… (risas) Para mí el tiempo es una prueba de fierro para juzgar a los buenos. De Fontanarrosa vamos a seguir hablando, de Soriano vamos a seguir hablando. De todos los que estamos escribiendo ahora, no sé. Vamos a ver. Capaz que descendemos, me pego un corchazo y chau (risas).


LAS ADELANTADAS

- ¿Cambiarías el Oscar por salvarte del descenso?


No. El Oscar significa un montón de laburo y futuro para mi familia. De eso hablaba hoy con la jerarquía de las cosas. Yo si me voy al descenso lloraré un mes seguido, pero no jodamos.

- Escuchamos que los sábados sos un aguerrido volante central, ¿te ubicás más cerca de Perico Pérez o de Marangoni?

Mucho más cerca de Perico Pérez, casi deslizándome en la barranca de Giunta (risas). Te diría que de Perico Pérez hacia el tenebroso mundo Giunta y no hacia el luminoso Marangoni. Yo soy del lado oscuro.
 
- ¿Con quién tomarías un café, aparte de con Un Metro Adelantado, con Guardiola o con Mourinho? 

Guardiola 50 veces. A Mourinho dale de comer aparte. No lo soporto, lo aborrezco. Decí que él no lo sabe, lo cual es una lástima (risas). Encarna un montón de cosas que no me banco: es un tipo llorón, que está buscando siempre excusas. Ensucia las previas, los partidos y los post-partidos. Los clubes grandes son grandes, entre otras cosas, por bancarse los momentos malos. Lo que hacés vos en la mala define tu grandeza.


- ¿Cuál es el jugador que más puteaste en tu vida de hincha? 

A David Abraham lo puteé mucho. En su debut a los 5 minutos metió un gol en contra (risas). A Defederico lo puteé en siete idiomas. ¡A Percudani lo puteaba en colores! Todos recuerdan el gol al Liverpool, pero pregúntenle a los viejos hinchas de Independiente: en la semifinal de la Libertadores siguiente que nos elimina Argentinos Juniors en Avellaneda, perdemos 2 a 1 y Marangoni erra un penal en el último minuto. ¡La cantidad de goles que se comió Percudani ese partido! Otro que puteé mucho fue Lucas Mareque. Muy tribunero, no me gustaba. Igualmente no se compara con lo que lo puteé a Defederico… Seguramente que cuando vuelva a mi casa me voy a ir acordando de un montón más...
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