VOLVER A LO GRANDE 

Qué lindo arranque, mamita. Claro, contundente y soñado. Tres goles a Boca en casa. Con baile. En la primera fecha del Inicial, en el regreso a la máxima, y frente a un equipo grande (no lo iba a escribir pero no me aguanto), Quilmes ganó, gustó y goleó… Dale, pellízcame.

Que rápido se dio todo. Pensar que hace un mes, más o menos, volvíamos de Puerto Madryn con el ascenso debajo del brazo, por los terribles huevos de éste equipo –recordar siempre la histórica pechada de rosarinos y cordobeses- que se hizo fuerte en la última parte de la B Nacional, y que con la base, nos dio otra enorme alegría
este sábado en el Centenario.

Quilmes tuvo rendimientos muy buenos. Martín Cauteruccio, rapidísimo, goleador y figura. Miguel Caneo (¡de pie señores!) hizo lo de siempre, todo simple y elegante. Pablo Garnier metió de carrilero la misma polenta que cuando juega de cinco. La defensa ordenadita, buen debut de Ismael Quilez. Sobrio lo de Cobos. Chirola Romero haciendo un partido bárbaro. Jacobo Masilla tirando sombreros (quedó pintado Somoza). Un promedio de 7 puntos, los once de “Don Omar”. Si hasta Facundo Diz que no se consolidó nunca de titular en el ascenso, el sábado fue un “9” voluntarioso y metedor que salió ovacionado cuando lo remplazaron.

Bien por el DT. De Felippe en plantear en el debut contra Boca un equipo que “juegue” a tener la pelota, con enganche y dos puntas. A cosechar puntos mirando siempre el arco rival como único objetivo. El DT especulador ya no está, abandonó; ahora se intenta siempre jugar.

Esto es largo y no hay que creérsela, se debe sumar de mínima 50 puntos para evitar el descenso. Próximo objetivo, All Boys en Floresta, difícil parada la de enfrentar a un equipo que inicia su tercera temporada en Primera. Claro que, jugándole como a Boca, la cosecha de puntos está asegurada.

Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO CERVECERO

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