SIN COPA Y SIN MAGIA
Va a ser muy difícil que en un puñado de lineas pueda llegar a describir lo que estoy sintiendo en este momento. Es imposible traducir con palabras las sensaciones que tiene hoy el hincha de Boca, como vos, como yo...
Acabamos de perder la final de la Copa, los brasileros nos superaron y se quedaron con el título. Ahora bien, ¿qué estás esperando que diga bostero? ¿y vos gallina del ascenso que andás leyendo esto porque no tenés dónde caerte muerta?. Si alguien piensa que voy a tildar a esta campaña como un fracaso, se equivoca. Boca hoy es el segundo mejor equipo de América en los papeles y también en la cancha. Este equipo se plantó y, hasta el partido de hoy, fue superior a todo aquel que
se le paró enfrente. Venimos de ganar 3 Copas en Brasil en los últimos 10 años, alguna vez nos iba a tocar perder. Para resumir mis sensaciones de esta Copa y de esta final, voy a decir una cosa y quiero que quede bien claro, para los bosteros y para los antiboca: lo peor de una final es no jugarla.
Para que la noche termine de nublarse, Juan Román Riquelme dijo adiós. Se fue, sí. Román jugó su último partido. Se acabó la magia, se acabó el emblema azul y amarillo. El quizás máximo ídolo de la historia xeneize fue claro y contundente: "Yo acá no puedo hacer la mitad, acá lo tengo que hacer al 100%. Amo a este club, soy bostero, voy a morir bostero, quiero mucho a todos los hinchas de Boca". De esta manera Román cumple con su promesa, ya que él siempre sostuvo que cuando no rindiera al máximo no se iba a quedar a robarla, él solo se iba a ir cuando llegase ese día. Y acá está, una vez más, haciéndose cargo de sus convicciones.
Román, lo único que tengo para decirte es gracias. Gracias por ser bostero. Gracias por los 5 torneos locales. Gracias por tantos clásicos ganados. Gracias por las cuatro finales de Libertadores que nos regalaste. Gracias por pintarle la cara al Madrid. Gracias por el caño a Yepes. Gracias por tener los huevos que no tiene nadie para dar un paso al costado en el momento preciso. Gracias por la magia.
Arriba bostero, Boca no es una final perdida ni tampoco es un jugador. Boca es Boca y acá no ha pasado nada. Somos el más grande del mundo, le pese a quien le pese, y tenemos la hinchada que más aguanta. Por todo esto, y haciéndome eco de nuestra canción de guerra, me despido avisando que aunque ganes o pierdas no me importa una mierda, sigo siendo bostero porque a Boca lo quiero.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO XENEIZE
