Sin público, sin alma, sin juego… así se puede
resumir el partido de San Martín del último viernes contra Arsenal de Sarandí, por la fecha catorce del Campeonato de Primera División. Con un Hilario Sánchez vacío por la suspensión
y consecuente prohibición del ingreso de público después de lo que fueron los
incidentes que no dejaron culminar en el césped el partido contra Velez
Sarsfield, y todo esto agravado por lo ocurrido en el clásico cuyano.
El equipo del Viaducto le propinó una
reverenda paliza futbolística al equipo del Colo Sava, que así, conoció el
amargo sabor de la derrota como DT, después de 2 triunfos al hilo. Nos encontramos muy rápido en
desventaja, lo que fue un golpe al mentón del Santo, que en ningún momento fue rival para un equipo que demostró que no es necesario tener la pelota 80 minutos para ser superior y más efectivo que el de enfrente. Y como bien lo describe el titulo de estas líneas, SUFRIR hasta el final es lo que nos queda, a pesar de que los rivales directos tampoco la están pasando muy bien por estos días, lo que aumenta la bronca, debido a que, si el resultado hubiese sido positivo para el verde, en este momento se encontraría fuera de absolutamente todo, y se podría tomar la semana mucho mas aliviado.
Ahora a encarar un parada dificilísima contra el Albo que vive una realidad muy diferente a la nuestra, y le clavo 3 al rojo de visitante. Pero aunque la ansiedad aumente, la Fe sigue intacta, porque hay equipo para quedarse.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO VERDINEGRO
