TIEMPO DE VALIENTES
Hasta la llegada del Chulo las “máximas del futbol” en
Huracán nunca se cumplían. El técnico debutante, con mucha suerte, sacaba un
empate. Dos cabezazos en el área nunca eran gol, salvo que el área sea la
propia. Si de casualidad algún equipo llegaba a errar muchos goles en nuestro
arco, Huracán nunca los metía en el arco de enfrente, como tampoco nunca un
centro atrás fue “medio gol” cuando los protagonistas tenían la casaca del
globo puesta.
Pero algo pasó. ¿Se alinearon los planetas? ¿Nos habrá
alcanzado, finalmente, la piedad de Dios? ¿Habrán
entendido los jugadores que
no solo es el futuro de Huracán el que está en juego? ¿O solo se ganó un
partido ante un rival mediocre? Aun no lo se, deberemos esperar a ver que pasa
en Rosario el domingo que viene y como se concluye el campeonato.
Lo cierto es que el triunfo sirve, sin importar el rival.
Sirve porque Huracán necesita sumar, porque es imprescindible ganar de local
para en algún momento aspirar a algo, porque le permite al técnico trabajar con
un poquito menos de presión, porque nos alejamos un cachito más del descenso
directo y porque peor que no saber perder es no saber ganar.
De todos modos Huracán es horrible. ¡No! Perdón… la realidad
es que Huracán es hermoso, ¡los jugadores son horribles! Va a tener que
trabajar mucho Rivoira para que el equipo juegue al futbol. Hasta ahora todo lo
hecho por el técnico cayó bien al hincha, porque el globo fue a buscar el
partido e hizo cambios ofensivos (tanto que teníamos 4 atacantes en el campo),
porque sacó a Cristian “nuncaselapasoalosmios”
Leiva de la mitad de la cancha, porque puso una dupla central que le funcionó
bien (hay que poner a Filippetto de titular luego de haber sido separado del
plantel y con cuatro meses sin jugar) y porque el globo ganó un partido que en
las circunstancias anteriores hubiese terminado 0 a 0 clavado.
Por último, hay que decir que el Chulo Rivoira viene a
Huracán luego de haberse ido bastante puteado por la gente de la tribuna Ringo
Bonavena, mientras que otros ídolos del club han preferido cuidar su nombre y
volver para cuando el club este mejor o para repetir la historia del ídolo
presidente, ya conocida y odiada por todos. Las llamas arden hoy y este DT,
hincha del club, vino a apagar el fuego o a morir como Thich Quang Duc.
Por lo menos así lo siento yo
ADELANTADO QUEMERO