Domingo 15 hs. Después de clavarme el último confite horrible que acompaña todo huevo de Pascua, estaba entre ver el partido y dormir. Cuando me enteré que jugaba Olave con el mismo corte de pelo y buzo de siempre, opté por la siesta, obvio. Dos horas después me desperté y el prestigioso (?) periodista de la Tv pública decía que Teté González había hecho dos goles, entendí que todo era un sueño y seguí torrando un rato más.
Por lo menos así lo vemos nosotros.
AB