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25 abril 2012

1mtrA CON EL VASCO ARRUABARRENA


25 abril 2012

"MARADONA ERA UN FENÓMENO, PERO MESSI ES MEJOR"


Lejos de las urgencias, ansiedades y los nervios extremos que suelen expresar la mayoría de los entrenadores, un reflexivo y calmo Rodolfo Arruabarrena recibió a Un Metro Adelantado. De chomba, jean y zapatillas, nos encontramos con un Vasco que resultó ser un tipo con el que se puede charlar de todo.

Al referirse a la Selección Argentina, Arruabarrena aseguró “yo vi a Maradona y era un fenómeno, pero Messi es superior”. Sin embargo alertó que a la figura del Barcelona “le falta carácter”.

Luego, le dedicó unas palabras a Juan Román Riquelme: “En el vestuario Román es un pibe que suma muchísimo”. También agregó: “Sabe mucho de fútbol, lo observa muy bien. Lo veo como futuro D.T.”. 

El Arruabarrena-técnico no pasó inadvertido en la conversación. “Hoy es más importante el grupo que la táctica”, afirmó. Además reconoció haberse juntado, previamente a asumir en el Matador, con Carlos Bianchi para que lo aconseje sobre su nuevo trabajo.

Se definió como un entrenador que, como todos, juega para ganar, pero que le importa mucho la manera, tener una idea. También informó que ve muchos videos, examina minuciosamente las virtudes y defectos de sus rivales. “A los jugadores les damos todas las herramientas”, concluyó. 


- ¿Cómo es tu relación con Carlos Bianchi?

Yo antes de asumir acá me junté con Carlos para que me aconseje cómo manejar un grupo y los factores externos que pueden influir en el trabajo de uno. Tengo un gran aprecio por él.

- Vos que fuiste compañero de Román en Boca y Villarreal, justo dos lugares donde se habló de conflictos y de liderazgos negativos: ¿qué podés decir de Riquelme en un grupo como compañero?

Es un pibe que suma muchísimo. España está muy lejos de Argentina entonces llegan las cosas medio desviadas. Hubo un conflicto con el presidente del Villarreal, pero tanto Manuel Pellegrini, que le gustan los buenos jugadores, como los hinchas tienen un gran aprecio. Si hoy preguntás quiénes son los máximos ídolos del club, primero está Riquelme, después Santi Casorla. Román es un pibe que allá en Villarreal armaba las comidas para todos. Acá en Boca siempre nos juntábamos en Casa Amarilla. Así como te digo de Román, Palermo lo mismo. Los dos son amigos míos. Que tengan diferencias es problema de ellos, pero son dos tipos ganadores y suman muchísimo para el grupo. Tanto uno como el otro han hecho tantas obras de caridad que ni se conocen, que le sorprendería a más de uno.

- ¿Lo ves dirigiendo a Riquelme en el futuro? Dicen que es hincha de Tigre, ¿te lo imaginás como técnico del Matador?

Román sabe mucho de fútbol. El padre viene muchas veces a los entrenamientos y a los partidos. Aunque no sabe tanto como el hijo. Pero igual para el Román técnico va a haber que esperar, ya que creo que lo vamos a poder disfrutar un par de años más como jugador. Pero ojo que si bien nació en Don Torcuato y puede tener un cariño por Tigre, él es hincha de Boca

- Hablando un poco del mito de los vestuarios, vos compartiste uno con Bermúdez, Serna, Palermo, Riquelme, Guillermo, etc. ¿Fue el más complicado que tuviste?... 

En Boca no tuve problemas. Quizás éramos más chicos y en ese momento el equipo no venía de ganar nada. Coincidieron las edades de todos, teníamos entre 23, 24 años, otros más grandes pero en su plenitud. Pero grupos difíciles no tuve. Sí situaciones complicadas, pero yo siempre fui un tipo que quería sumar. Me gusta armar grupos porque creo que te pueden solucionar problemas. En Villarreal estábamos a punto de descender, al grupo le costó, fue un año difícil, pero después pudimos levantar y se terminó armando un gran equipo.

- Si te nombro estas dos finales, (La final de la Champions con el Villarreal en el 2006 o La final de la Intercontinental contra el Real Madrid del 2000), ¿con cuál quedaste con más ganas de jugar?

Y… la final de la Champions. Boca me vendió en diciembre del 99, así que yo jugué la Libertadores sabiendo que en junio me iba. Disfruté la victoria ante el Madrid porque era casi el mismo grupo. Pero con el Villarreal fue una espina clavada. Contra el Arsenal fuimos superiores en los dos partidos de las semifinales y nos dolió quedar en la puerta de la final.

- Hablando de Copas Libertadores, vos tenés más goles en una final que Palermo. ¿No creés que también te merecés un arco?

No, dejá que no tengo lugar en casa (risas). Esa copa metí cinco o seis goles que no es normal para un lateral. Tuve la suerte de convertir los dos goles de la final en la Bombonera que sirvieron para ir a Brasil y lograr el tan ansiado título.


- Si tuvieras que medir la importancia de estos conceptos: táctica y estrategia por un lado; y motivación y manejo de grupo por el otro. ¿Qué porcentaje le das a cada uno al momento de manejar un equipo?

Creo que van de la mano. Pero si tenés jugadores inteligentes es preferible armar buenos grupos. Después la táctica y estrategia se acomodan. Igualmente ha habido grupos que estaban todos peleados y salieron campeones. A mí me gusta trabajar en campo todo tipo de situaciones, pero si conseguís armar un buen grupo es más fácil conseguir los objetivos.

- Vos venís de la escuela Bianchista, por decirlo de algún modo, pero todos te catalogan como un DT que arriesga, que le gusta que sus equipos tengan mucho juego, quizás un tinte más cercano al club de los Bielsistas o Menotistas. ¿Dónde te ubicarías vos?

Con mi estilo, que el equipo siempre demuestre actitud, intensidad, agresividad con la pelota y sin la pelota. Me gusta la solidez defensiva, y de mitad de cancha para adelante tratar de darle la libertad necesaria a cada jugador. Me gusta que en la mitad de la cancha la pelota circule con velocidad, a uno o dos toques, algo que aprendí en Europa. Pero acá es difícil porque al jugador argentino le gusta tener la pelota demasiado tiempo.

- ¿Preferís que en el futuro te recuerden como un técnico ganador o como un técnico que hacía que sus equipos desplieguen un juego vistoso?

Todos jugamos para ganar, pero es importante la manera. Contra Boca teníamos que ganar sea como sea, pero con una idea. No jugando al pelotazo y aprovechando el error del rival. A todos nos gusta ser reconocidos y ganar muchos títulos. Soy de los técnicos que piensa que te hacen bueno o malo los jugadores. En la semana podemos tener más injerencia, pero en el día del partido ese porcentaje disminuye bastante. Yo creo, que sos buen o mal entrenador por el trabajo que realices, independientemente de si tenés 3 o 4 partidos en que no se te dan los resultados. Hay entrenadores que no hacen nada, pero tienen la suerte de ganar y seguir en los clubes.

- ¿A qué equipo aspirás a dirigir en un futuro?

En este momento pienso en dejar a Tigre en primera. Sería un gran logro tanto para nosotros como para los jugadores. Lo bueno o malo que soy como entrenador se lo debo a este grupo. Después uno puede tener muchos sueños, pero primero está esto.

- Si bien hoy pensás en Tigre ¿Te ves dirigiendo afuera? ¿Te interesa alguna liga en especial?

Si. Creo que el sueño, en un futuro todavía bastante lejano, sería dirigir en Europa. Con la gente de Villarreal tengo buena relación, como con otros clubes, y cada tanto charlamos bastante.

- Sabemos que sos bastante meticuloso con el tema de algunos trabajos en cancha que hacés a la europea. ¿Sigue en regla la agendita donde tenés toda la información?

(Risas) Eso es todo papelerío. Tratamos de ordenar un poco los nombres y los trabajos que uno quiere hacer, para que el jugador no vea que está todo al voleo, y poder explicarle los mismos de una manera más organizada. Todo técnico tiene sus quilombitos en la cabeza.

- Allá por el 2008 (Olé) dijiste que no te gustaba ver fútbol, y no estabas seguro de tu futuro como técnico. Hoy 4 años más tarde podríamos concluir que te va bastante bien para no ver ningún partido... ¿O cambiaste tus hábitos?

(Risas) Sí veo, tengo a mi señora que me graba los partidos para después ver los errores. La gente que nos hace el análisis del rival, que nos prepara videos para poder conocer cómo juegan. Hay partidos europeos que miro de a ratos, como la semi entre el Bayern y el Madrid, pero no un partido entero. Si hay algún conocido o un amigo lo miro completo. Veo mucho más que antes, por las obligaciones que tengo, pero hay partidos que son super aburridos, tanto de acá como de afuera, a veces prefiero mirar el Chavo o el Zorro (risas).

- Además no creo que te cruces contra el Bayern en la Copa Argentina…

(Risas) No, por eso. Pero quería ver si el Madrid le ganaba a la “bestia negra” porque el Bayern lo tiene de hijo.

- ¿Tenés alguna cábala, costumbre, algún talco, un camperón…?

(Risas) No, no. Por ahí lo normal. Si ganamos sigo con las zapatillas, si perdemos me las saco. Pero no algo tan específico. Igualmente en el cuerpo técnico hay algún que otro loquito que se acuerda de todo y dice “aquella vez cuando ganamos hice esto…”. Para mí me miente, (risas). También hay jugadores actuales que tienen sus cábalas, pero creo que esas cosas eran más comunes de camadas anteriores.

Alguna anécdota que tengas con algún técnico…

Por ejemplo cuando un jugador encara al arquero, tenés en el banco quien te dice, “go-go-go-go… uh!”, y eso dicen que no se hace, porque trae mala suerte. Me ha tocado ser pendejo, en la selección juvenil, yo ya conocía al técnico y sabía que eso no se hacía. Pero me acuerdo que estaba Michelini, que recién había aparecido en el equipo y no conocía las costumbres. Jugando un partido en Mar del Plata Biaggini encaró al arquero. Michelini y yo estábamos en el banco, y Pablo lo cantó antes, la pelota pegó en el palo y salió. Entonces lo veo al técnico que lo mira de reojo. Minutos después, otra vez Biaggini mano a mano, y de nuevo: “gooooo…” y afuera. Entonces se escucha una voz media ronca que le dice “pibe, la próxima te vas del banco”, jaja. Pero igual no voy a dar nombres.

Ojo, en el Villarreal me ha tocado estar con Cousillas que tiene 2500 cábalas. Que la virgencita en el banco, pero todo tipo de virgencitas, el kiricocho en todo tipo de momento y situaciones, que ya muchas veces en vez de darte una indicación se sentía “kiricocho, kiricocho, kiricocho!”


- ¿Qué opinás del rendimiento de Messi en la Selección?

La selección ha cambiado mucho de técnicos con diferentes estilos. Por ejemplo, el Barcelona juega hace 15 años igual, desde las infantiles hasta la primera, y los técnicos de la cantera practican el mismo fútbol que hace el técnico de primera división.

Argentina, a mi entender, no ha encontrado la solidez defensiva que necesita para respaldar a Messi, y tiene que hacer hincapié en eso. Se ha variado mucho en la cantidad de marcadores centrales, los laterales cuesta encontrarlos, pero tiene ese jugador diferente y debe aprovecharlo. Sabella es un técnico muy inteligente, con mucha experiencia. El tema es el trabajo para lograr eso, y en la selección es muy difícil porque tenés pocos días. Igualmente no hay excusas, porque a las demás selecciones les pasa lo mismo.

Ojalá que Messi pueda lograr algo en la Selección para ser, a mi entender, el más grande. Yo he visto a Maradona, pero lo de este chico, para mí es superior. Tal vez no tenga el carácter de Diego, pero tiene características muy diferentes al resto. Por eso creo que viendo este déficit, habría que rodearlo con jugadores de carácter. Igualmente es difícil lograr esto, los referentes de ahora no son como los de antes.

Me acuerdo cuando nosotros jugábamos, yo debuté en Boca a los 17 años, y teníamos, al “Beto” Márcico, Giunta, Navarro Montoya, McAllister, Cabañas. Creo que mi primera palabra la conocieron después de ocho meses (risas). Ahora a los pibes los subís y algo dice, o se queja. Todo fue cambiando.

- Con tu experiencia como defensor, en Argentina y en Europa. ¿Creés que se juega distinto allá que acá?

Yo creo que allá se juega mucho más a ese uno o dos toques que acá cuesta. Acá hay mucho traslado y mucho desgaste; el mediocampo presiona demasiado. Para un defensor argentino se le hace más fácil adaptarse a la liga europea que para un enganche o un habilidoso. Allá el pasto está más cortito, la pelota va más rápido. En Argentina tenés canchas donde el césped está larguísimo, te comen piernas. El otro día, con Banfield, estaba viendo la reserva con el Secretario Técnico del Sevilla y dos enviados de Suiza que venían a ver a un jugador X de Tigre. Y el sevillano me decía “joder, hostia, cómo está el pasto”.

- ¿Qué jugador de Tigre dijiste que vinieron a ver que no escuchamos?

(Risas) No, no lo dije.

- ¿Un tal Cachete X?

(Risas) No, no. Era un juvenil de la reserva.

-Teniendo en cuenta la escasez de laterales izquierdos, ¿quiénes son tus preferidos para ocupar ese puesto en la Selección?

Ahora no tengo muy visto a ninguno. No sé cómo le está yendo en Francia a Monzón, si está jugando de lateral o de volante. Para mí tenía todas las cualidades, debería mejorar un poquito la cabeza, y sobre todo a la hora de marcar que tenía un déficit importante. También está Insúa, que tiene características más de central. Emmanuel Más en San Martín de San Juan y Nicolás Tagliafico en Banfield que son dos buenos proyectos. Hay que inculcarles a los entrenadores de abajo de ir formando jugadores laterales. Ahora, la mayoría se quiere salvar con el hijo jugando al fútbol y los ponen de goleador o enganche, porque son los que compran más rápido. También está el tema de las botineras que van con los delanteros (risas).

-El Vasquito en su mejor momento, aquel del Villarreal suponemos ¿Sería titular indiscutido en esta Selección?

(Risas) Estando en Villarreal, no me quería mover de ahí, los viajes me matan. A mi me tocó una época que había buenos laterales, Sorín, Chamot, Pineda, Placente. He tenido mis partidos en la Selección, pero por ahí no era del gusto de los técnicos. Tal vez he sido un jugador más de club. Los seis o siete partidos que he jugado los disfruté mucho.


-En algún momento de tu carrera de jugador, ¿te temblaron las piernas?

No, no. Tal vez los primeros partidos. Pero uno venía de jugar en la reserva de Boca, ya jugabas con público. Siempre fui un pibe tranquilo. Los dos primeros minutos por ahí uno entra tenso, pero después te tenés que soltar porque te mandás cagadas y no le servís al equipo.

Tuve alguna sorpresa con alguna hinchada. Por ejemplo, los turcos de Galatasaray, que ponían la música de los indios cuando van a atacar, nosotros salíamos a hacer el calentamiento y los jugadores arengaban a la tribuna. Pero igual, si venís a las canchas de acá te hacen de todo.

Me acuerdo cuando íbamos a Jujuy. Los jujeños tenían una puntería bárbara. Iba a sacar un lateral, y te escupían desde arriba, la Policía estaba al lado y los miraban. Metelo en cana pensaba yo, pero nada (risas).

-¿Quién es el mejor 3 que viste en tu vida?

Creo que Maldini en su primera época, después ya fue central, era lo que uno pretendía ser como defensor. También está Roberto Carlos, pero tenía otras características, subía más de lo que defendía. Me acuerdo lo que Samuel lo sufría en el Real, con Roberto Carlos y Salgado de laterales que subían y subían y dejaban solos a los centrales. Le sacaron años de vida al pobre Walter (risas).

-En tu paso por el AEK de Grecia…

Estuve un año allá. El griego es más parecido al argentino. Tráfico, puteada, bocinazo, paro de colectivos, paro de trenes. Me fui adaptando a lo que me iba a encontrar acá, por suerte (risas). El griego es muy fanático. Cuando llegué, en un partido de voley femenino, hubo dos muertos.

Después, como no me tenían en cuenta, me volví para Argentina. Tenía la posibilidad de irme a Boca, pero había muchos laterales izquierdos y yo no quería causar problemas. Tampoco me había ido bien del club, así que preferí no volver. Las segundas partes, para mí, nunca son buenas. Y ahí surgió lo de Tigre, pero yo me quería ir de allá cobrando (risas). Entonces mis declaraciones eran “estoy contento acá en Grecia, mi señora está contentísima, las nenas están bárbaras” (risas). Estuve unas semanas así, hasta que encontramos la solución para que me fuera.

Me pasa que me voy justo de los lugares en que estuve. Me fui de España a Grecia, quilombo en España. Me vine de Grecia para acá, quilombo en Grecia. Espero no moverme de acá por ahora (risas). Quédense tranquilos, que si me voy les aviso (risas).

- Contanos cuál fue la situación más rara que te tocó atravesar.

Yo llegué con Rivaldo y dos o tres jugadores griegos conocidos. Me acuerdo que en la ciudad deportiva donde entrenábamos una de las primeras prácticas, empezó a entrar la gente al lado nuestro donde estábamos trabajando, eran como 500 hinchas, y no paraban de entrar. Eran fanáticos y gritaban, alentaban. Decíamos “¿dónde nos metemos cuando termine?”. Entonces el técnico nos hacía el último ejercicio para que piquemos y nos vayamos por otro lado (risas).

Otra que me acuerdo, fue cuando llegué. Yo había hecho la mudanza de España a Grecia. Cuando llegaron todos los muebles yo me estaba yendo de pretemporada. Mi señora, imaginen, re contenta (risas). Con los muebles, sola y con las nenas. Cuando volví era su cumpleaños. Estaban mis padres y mis suegros. Me levanté y estaban haciendo ñoquis. Nosotros vivíamos en la montaña. Y me dicen “mirá, hay humo por allá”. En Grecia provocaban los incendios para quemar y ahí poder construir, pero estaba como a 25 kilómetros. El incendio se empezó a acercar peligrosamente. La dueña de la casa era la vecina de al lado. Nos dijo que fuéramos a la casa del hijo que estaba más arriba en la montaña. Entonces agarré a todos y les dije: “carguen cosas importantes en los autos”. Yo fui a buscar los papeles que tenía de España, de la casa, y algunas cosas más. Cuando abrí el baúl, estaban los ñoquis, las gaseosas, ¡hasta fotos había cargado! (risas).

Después de un rato volvimos porque nos dijeron que no había más problemas, llegamos y teníamos las llamas a 6 metros. El dueño estaba con ojotas y camisetita, lo más tranquilo, tipos llenos de guita. La gente regando con las mangueras apagando el fuego, y le dije a la dueña, “qué me dijiste, estoy con toda la familia y están las llamas ahí”, y la mina me contestó “Mártin, nou problem, nou problem!” (risas). Y fue así, no pasó nada, terminaron a 5 metros.

- Pero bueno, se comieron los ñoquis al final…

Los ñoquis, los hijos de su madre, se los comieron todos (risas).


LAS ADELANTADAS 

- Si te digo River asciende en Junio ¿Qué me respondés?

Sí.

- ¿Firmás hoy jugar la promoción?

No.

- Si no cumplís con el objetivo de quedarte en primera, ¿seguirías en Tigre? 

No sé.

No depende de mí.

- Caruso pasó de Quilmes a San Lorenzo en una semana. ¿Te dio asco como al Diego?

(Risas) No.

Paréntesis, no me dio asco. Personalmente no me gusta, porque nos vivimos quejando de que no se respetan los contratos. Pero no es normal ni una cosa ni la otra, así que cada uno mira para su lado y si Ricardo en su momento decidió eso, punto. Es una decisión de Caruso.

- Entre la recordada propaganda de Quilmes que protagonizaste, y tu llamativo parecido con Sean Penn. ¿Hay chances de un Vasquito actor cuando termines tu carrera como DT?

(Risas) No, ni en pedo.

Fue porque me quería hacer la pileta y tenía que buscar fondos. Hice la pileta y el quincho (risas). Mal no me fue, actúo muy bien. En la primera de las dos propagandas me cagué de frío (risas).

¿Y tu parecido con el actor? En vivo sos idéntico…

Si, hay muchos también que me dicen que soy parecido a Brad Pitt (risas).
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