MENOS SANGRE QUE ROBOCOP
La raya que separa la vida y la
muerte es tan angosta como su dolor y ahí esta… perdido, desmembrado, penando,
mirando con ojos desalmados ¿muerto? Para morir, siempre primero hay que
vivir y este equipo, a diferencia de Murphy, no ha mostrado signos vitales a lo largo del
torneo, peor que eso, frente a cada (electro)choque en que debía revivir se ha
encontrado siempre más cerca del final del pasillo, donde cuelga esa luz bajo
consumo que no debemos seguir y que conduce al otro mundo, el de la B metropolitana…
Huracán no puede con su propio ser, todo es ficción en este
equipo. El
técnico en realidad es coordinador de divisiones inferiores, el arquero Calviño
es modelo, los refuerzos son un hidromasaje y un bombón de chocolate, Campora con
su inocencia de cachorro muerde sin lastimar, Leiva en el medio campo
recupera poco y, cuando lo hace, reparte mal la pelota. Todo esto, sumado a los
niveles bajísimos de Bataglia, Villegas, Tavio, Pautasso, Gonzalez, en realidad
de todos, hace que veamos espectáculos lastimosos como contra Deportivo Merlo o
simplemente malos como contra River, nos quieren hacer creer que es un equipo
de futbol cuando en realidad son 11 hombres de hojalata sin memoria, ni
corazón.
Este hincha quemero, cronista adelantado, soñador iluso esta abatido,
desconcertado y, por qué no, humillado. Aunque entiende que la fuerza debe
salir desde el interior del plantel sabe también, que es al pedo empujar cuando
la pija es corta porque el forro se te arremanga y los huevos se te hacen
torta. La esperanza es lo anteúltimo que se pierde, justo después perdes la
categoría. No quiero que mi estado contagie angustia, pero este mundo ya se cargó
unos cuantos muy pesados, sino fíjate como quedo RoboCop…
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO QUEMERO
