Cuando parecía que todo se iba por la borda, incluido Madelón y su cuerpo técnico, hubo un muchacho de esbelta joroba que lo hizo zafar. Néstor "Penalcito" Ortigoza volvió a cambiar por gol la pena máxima del fútbol. Este muchacho, que tiene una anatomía parecida a la de un camello africano, ostenta una eficiencia que asusta, no falló nunca un penalty. Una vez más los del super zafaron!
Por lo menos así lo vemos nosotros.
MGL