No hubo equivalencias entre los dos equipos. Del minuto uno al 90, la Lepra fue cómodo dueño del partido, siempre marcando el ritmo y pisando acelerador y freno a gusto. Con un mediocampo afilado y un Bernardi extrañamente agresivo y preciso.

Podría haber sido una goleada pero el score se cerró con un 1 a 0 totalmente mentiroso. Pero los goles no se merecen, se hacen. Y si no se terminó de liquidar fue porque faltó precisión.

El gol cayó porque en algún momento iba a caer: Urruti asistió y Sperduti cruzó la raya después de 7 meses. De ahí en más el único que jugó fue Niubel. Y Rafaela nunca puedo interpretar un libreto, una idea. Salió a esperar y el gol lo descolocó.

La lepra volvió a festejar dos al hilo después de 17 meses, algo así como 500 días sin tener dos fines de semana felices. Pero la resurrección de la alegría del hincha no se da solo por sumar 6 de 6. Se vio otra cara de un equipo de tocó, rotó y lo fue a buscar siempre. Fue simple: Ñuls ganó porque quiso ganar. El resultado fue un detalle.

Noti-Ascenso: Bentral sigue con Parlante-tour por todo el país y ahora visitó las playas de Puerto Madryn (si, ahí también juegan al fulbo!). Aunque estamos fuera de temporada, las malas lenguas dicen que había mas ballenas que hinchas...

Por lo menos así lo siento yo.

ADELANTADO LEPROSO