En pocas horas los corazones de los hinchas de Tigre resistieron a muchas cosas: la victoria de San Lorenzo, el triunfo de Unión, la victoria de su equipo y la derrota de Boca. Pero todo sigue igual, en la tabla de los promedios, esa maldita tabla que mantiene en vilo a toda la hinchada de Tigre porque sigue en descenso directo.
¡¡Auxilioooooooooooooooo!!
Así no hay sistema nervioso que aguante, y eso que todavía queda un sendero extenso por delante. A todos los Matadores de Victoria les queda el alivio de acompañar a un equipo que responde, que no flaquea, que transforma toda la presión que tiene sobre su espalda en buenos resultados. Tigre está ahí, agazapado. Sigiloso. Casi inmóvil y sin que la presa pueda verlo. Sigue a tres puntos de San Lorenzo y con una multitud que luego del triunfo ante Banfield gritó: ¡Tigre es de Primera, y de Primera no se va!
Este Tigre –fiel a su instinto felino- tiene hambre y se enfurece cuando huele sangre. Y sangre hay. Es eso que les corre por las venas a estos jugadores. Sangre. Dignidad. Compromiso. Y ganas de progresar. Confío en Tigre más que en los milagros. Al Matador no lo harán besar la lona tan fácilmente. Se necesita mucho más que un promedio para ponernos en rodilla ante el tribunal. No importa el escenario ni el rival que se le presente. No importa nada porque Tigre, debajo de cada pata, tiene una garra. Y en cada garra tiene una historia. Y en cada historia, una batalla, un sufrimiento y una hazaña. Tigre quiere sorteando obstáculos sin mirar las tablas. Con pasos cortitos pero seguros. Con confianza, no confiados. Con la ilusión de dejar a Tigre en Primera.
Digo, porque si sigue jugando así, todo indicaría que los Fabulosos Vasco Boys van a pelear el campeonato. O alguien duda de que, incluso en una situación comprometida, Tigre es el equipo que más apuesta al toque y al juego asociado en todo el fútbol argentino, ¿eh? Sin embargo, el DT y sus dirigidos tienen un claro mensaje: sumar puntos para salir de la situación en la que están y poder pelear con los punteros y no con los que tienen miedo de descender.
La necesidad de sumar, o mejor dicho, de no dejar puntos en el camino, urgía a los dos equipos por igual. Ante esa situación, ¿Iban a arriesgar lo suficiente como para llevarse algo más? Y si bien ambos privilegiaron el cero en la valla propia, fue Tigre el que arriesgó sobre el final para lograr un triunfazo que lo mantiene en la punta, pero ahora solito después de la derrota de Boca.
El Taladro comenzó mejor parado, plantándoles dificultad a los visitantes. Sin embargo, el miedo a perder hizo que no se animara a ir por más. Los de Arruabarrena lo notaron y ya en el final del primer tiempo comenzaron a adelantarse. Lo mismo se mantuvo en la segunda etapa. El Vasco tomó nota desde el banco y mandó a Ezequiel Maggiolo. Acertada decisión del DT, ya que Lechuga, a seis del desenlace, empujó el centro de Carrasco para abrir la cuenta. Luego apareció el Chino Luna, que la guapeó entre dos defensores, se llevó la pelota y sólo tuvo que colocarla contra el palo derecho de Lucchetti que poco pudo hacer. Pura frialdad del siete de Tigre. ¡La gran siete! Que momento que pasan los del Vasco en este campeonato.
Los de Victoria se llevaron tres puntos muy importantes, que mantiene el lugar de privilegio y sigue engrosando su promedio. Se va para arriba para no bajar más. Porque como dice el refrán: “El que afloja, pierde”. Esto es una prueba de carácter y humildad de los dirigidos por Arruabarrena. Se deslizan como pez en el agua. Y cada fecha que pasa da una muestra más del corazón de guerrero que tienen estos jugadores. De no rendirse, de seguirla hasta el final.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO MATADOR
