Tigre ya le comió a San Lorenzo 14 de los 17 puntos que los separaban a comienzos de temporada. Este fin de semana, incluso, se podría gestar un virtual desempate entre los dos: ¿quién cae en Promo? ¿Quién pisará la B Nacional? Fueron tres puntos vitales para el Ciclón. Tres puntos… Esa es la diferencia.
Tigre metió doblete: es líder junto a Boca y se puso a tres puntos de San Lorenzo en la lucha por los promedios. El equipo de Arruabarrena le ganó 1-0 a Lanús con gol de Cachete Morales y sueña con salvarse. Además, fue el único local que ganó en la jornada.
Tres minutos tardó Tigre para ponerse en ventaja. Los de Victoria salieron con todo y, en la primera llegada al área, Izquierdoz lo agarró de la camiseta a Diego Morales. El árbitro Laverni, que estaba cerca, cobró penal y el 10 lo cambió por gol.
El plan del Matador fue claro desde el arranque. Leone por su costado y Galmarini por el suyo, eran los encargados de crearle problemas a Lanús porque cada uno trepaba por su lado y, abrían la cancha para desgastar a los de Schurrer. Pero el nerviosismo llegó a la cancha de la mano de Mauro Camoranesi, que a los 41 minutos metió un tremendo planchazo sobre el pie derecho de Gastón Díaz y se fue expulsado.
Lo que importa por estas horas es que Tigre está primer junto a Boca pero, por sobre todas las cosas, que sigue sumando y dio muestras de querer dar pelea en la lucha por salir de la zona caliente de los promedios.
El Arruabarrenismo ya excede la Zona Norte. Es una corriente futbolística que tiene eco en toda la Argentina. Que despierta elogios. Que genera respeto. Que, de continuar así, enterrará varios manuales del fútbol mezquino de cada día. Sí, se puede pelear por la permanencia dando espectáculo y apostando por un juego vistoso. Sólo hay que ser inteligente, ambicioso y tener al DT y a los jugadores que posee Tigre. Para los que creen que se puede jugar de otra forma, incluso ante una coyuntura desfavorable como el riesgo concreto de irse a la B. Pero sólo aquellos que se detienen a diseccionar el funcionamiento del Matador logran descubrir que Tigre sabe como jugar al fútbol. No es casual que los Román Martínez, Cachete Morales, Castaño, Carrasco o Pío -por citar algunos casos- jueguen simple y a dos toques en la mitad de la cancha. Que hagan de la posesión una herramienta ágil. Que nadie se la crea.
La punta de la tabla de posiciones refleja dos maneras muy distintas de aspirar a lo máximo. Una, la de Boca: un andar regular, un funcionamiento sólido, pero un método mucho menos vistoso y bastante más mezquino. Y por el carril opuesto, con todas las urgencias del caso, la búsqueda del equipo del Vasco, que marca que “no hay nada más peligroso que no arriesgarse”. Esa es la clave. La decisión. El convencimiento: Tigre asume todos los riesgos necesarios con tal de ser protagonista y de salvarse del descenso. Enhorabuena.
Tigre metió doblete: es líder junto a Boca y se puso a tres puntos de San Lorenzo en la lucha por los promedios. El equipo de Arruabarrena le ganó 1-0 a Lanús con gol de Cachete Morales y sueña con salvarse. Además, fue el único local que ganó en la jornada.
Tres minutos tardó Tigre para ponerse en ventaja. Los de Victoria salieron con todo y, en la primera llegada al área, Izquierdoz lo agarró de la camiseta a Diego Morales. El árbitro Laverni, que estaba cerca, cobró penal y el 10 lo cambió por gol.
El plan del Matador fue claro desde el arranque. Leone por su costado y Galmarini por el suyo, eran los encargados de crearle problemas a Lanús porque cada uno trepaba por su lado y, abrían la cancha para desgastar a los de Schurrer. Pero el nerviosismo llegó a la cancha de la mano de Mauro Camoranesi, que a los 41 minutos metió un tremendo planchazo sobre el pie derecho de Gastón Díaz y se fue expulsado.
Lo que importa por estas horas es que Tigre está primer junto a Boca pero, por sobre todas las cosas, que sigue sumando y dio muestras de querer dar pelea en la lucha por salir de la zona caliente de los promedios.
El Arruabarrenismo ya excede la Zona Norte. Es una corriente futbolística que tiene eco en toda la Argentina. Que despierta elogios. Que genera respeto. Que, de continuar así, enterrará varios manuales del fútbol mezquino de cada día. Sí, se puede pelear por la permanencia dando espectáculo y apostando por un juego vistoso. Sólo hay que ser inteligente, ambicioso y tener al DT y a los jugadores que posee Tigre. Para los que creen que se puede jugar de otra forma, incluso ante una coyuntura desfavorable como el riesgo concreto de irse a la B. Pero sólo aquellos que se detienen a diseccionar el funcionamiento del Matador logran descubrir que Tigre sabe como jugar al fútbol. No es casual que los Román Martínez, Cachete Morales, Castaño, Carrasco o Pío -por citar algunos casos- jueguen simple y a dos toques en la mitad de la cancha. Que hagan de la posesión una herramienta ágil. Que nadie se la crea.
La punta de la tabla de posiciones refleja dos maneras muy distintas de aspirar a lo máximo. Una, la de Boca: un andar regular, un funcionamiento sólido, pero un método mucho menos vistoso y bastante más mezquino. Y por el carril opuesto, con todas las urgencias del caso, la búsqueda del equipo del Vasco, que marca que “no hay nada más peligroso que no arriesgarse”. Esa es la clave. La decisión. El convencimiento: Tigre asume todos los riesgos necesarios con tal de ser protagonista y de salvarse del descenso. Enhorabuena.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO MATADOR