En su visita al “Palacio Ducó”, el Cervecero se quedó con las ganas y fue Huracán el que festejó un justo empate. Nuevamente dos puntos perdidos para los de Caruso Lombardi, que luego del partido ante Independiente de Rivadavia cayeron en un mar de empates. Por lo menos, la cuarta paridad consecutiva, fue con goles. Uno a uno. 

Imposible estar en la cabeza del técnico, en ese momento en que, con el equipo ganando, decide dejar sin delanteros el esquema y colgarse del travesaño 35 minutos. ¿Ese es el concepto de “cuidar el resultado”? A mi entender, el resultado se cuida si uno va ganando 2 a 0, de manera de que cualquier gol del rival sea tan solo anecdótico. Sin embargo Caruso lo ve diferente. 

Más de una vez lo ganó desde el banco, esta vez lo empató. Quilmes era más, estaba a tiro, controlaba la pelota. Cada vez que pisaba un poquito el acelerador Huracán se caía a pedazos. Aún así con este panorama, la temprana (e inexplicable) salida de sus delanteros, Giménez y Cauteruccio obligó al Cervecero a retraerse. El globo creció y lo supo aprovechar.  

Gracias a la clemencia de los de arriba, que pierden puntos igual que el Cervecero, todavía Quilmes tiene oxígeno para los puestos de ascenso y promoción. Por eso, vale no desesperar ante la oleada de empates. Ahora habrá que pensar en recibir a Aldosivi en el Centenario, con el claro e inmediato objetivo de sumar de a tres y frenar una seguidilla de empates que agranda en confianza al resto de los candidatos.

Por lo menos así lo siento yo.

ADELANTADO CERVECERO