AÑO NUEVO, VIDA...
Nuevo campeonato, mismo equipo y más carbón para el asado. No se apaga el fuego y el humo invade la boca de dirigentes y cuerpo técnico. Pasé mis vacaciones en la feliz, leyendo y escuchando que la versión 2012 iba ser más ofensiva y que nuestro manager (que bien suena) se encargaría de los refuerzos –el pobre ingenuo quiso traer a Pablito Aimar-. Nada de fútbol, solo es humo y política.
Si entendemos que ofensivo significa poner un enganche de carrilero por izquierda y un media-punta de “delantero”, no lo comparto. Se llenaron la boca de jugar con dos delanteros y un enganche, o hasta tres delanteros. Pero el dibujo táctico que se veía dónde yo estaba, eran dos líneas de cuatro mentirosas con uno que otro desprendimiento de Gracian y con repliegues del “pipa”; casi un 4-4-1-1 de local.
Como se sabía, Arsenal iba plantear un partido muy trabado, con mucho juego aéreo y pocas ocasiones de gol. Que tampoco mucho más nos acostumbra nuestro entrenador. Por eso fui a ver un bodrio, que por momentos me sorprendió con dos pases cortos y uno profundo para el desborde de Graciani o la subida de Uribarri, que no pudieron terminar en gol. Mala suerte o impericia (me inclino por la segundo). Esto sucedió hasta que el visionario del que está sentado afuera decidió meter mano. No sé que partido estaba viendo, pero en vez de potenciar los desbordes, se metió en el juego de ellos; centralizó el juego poniendo a Costa y corriendo a Prediguer a la izquierda.
Párrafo aparte para el resistido (por lo menos de mi parte) del “pipita Higuaín”. Desequilibrante, vertical y con mucha movilidad. Falló en la definición, pero fue sin duda el mejor de la cancha.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO SABALERO