Falta fútbol. Falta ataque. Falta defensa. Falta
arquero. Falta hacer goles. Falta ganar de local. Falta técnico que pare bien
el equipo. Falta concentración. Faltan 2,5 metros de cada lado de la cancha.
Falta paciencia. Falta tranquilidad…
Al ciclón le hace falta de todo. Si no, no se explica
cómo podemos seguir perdiendo de local contra rivales inferiores (a priori, por
historia, porque después en la cancha muestran otra cosa…). Al final para San
Lorenzo jugar en su cancha se transformó en castigo. Parece que la cancha llena
le genera “algo” al jugador que no puede manejar. Se respira una tensión
insoportable. Pero la gente ya está harta de ver fecha tras fecha un equipo que
aburre y no propone. Nos hacen un gol (siempre nos hacen un gol…) y listo. Se
cae la torre de naipes.
También falta mucho para que esto termine. OK, falta
mucho, pero a no dormirse. Estos partidos impensados hace un tiempo, después
los podemos pagar caro.
La vorágine sigue y ya el miércoles vamos contra
Velez. Y después Racing. Paradas duras para este San Lorenzo, pero buenas
oportunidades para cambiar la cara.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO CUERVO