Quien conoce al Chipi sabe que es diferente,
un jugador original, simplemente distinto.
Como Gandín quedan pocos, muy pocos.
Darío entra a la cancha, siempre relajado, y sabe que se va a divertir, a cagar de risa. Es de esos escasos jugadores, de gran calidad técnica, que no se suman a la dictadora moda de pegarle para arriba, dársela de guapo y ufanarse “yo tengo huevos”.
El 9 de Rafaela juega a otra cosa y Banfield lo sufrió por duplicado.
A veces te dará ganas de putearlo también, pero el Chipi es así… ¡odialo o amalo!
Por lo menos así lo vemos nosotros.
GI
Como Gandín quedan pocos, muy pocos.
Darío entra a la cancha, siempre relajado, y sabe que se va a divertir, a cagar de risa. Es de esos escasos jugadores, de gran calidad técnica, que no se suman a la dictadora moda de pegarle para arriba, dársela de guapo y ufanarse “yo tengo huevos”.
El 9 de Rafaela juega a otra cosa y Banfield lo sufrió por duplicado.
A veces te dará ganas de putearlo también, pero el Chipi es así… ¡odialo o amalo!
Por lo menos así lo vemos nosotros.
GI